IGLESIA

La catedral de Burgos acogerá el sábado la beatificación de Valentín Palencia

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El cardenal Angelo Amato presidirá la ceremonia de beatificación.

El próximo sábado la catedral de Burgos acogerá la primera beatificación que se lleve a cabo en la milenaria historia de la diócesis. Un acontecimiento que, por novedoso, suscita el interés por conocer cómo será su desarrollo.

Redacción BurgosNoticias 
19/04/2016 - 18:21h.

La ceremonia comenzará a las 11:00  h y tendrá como escenario el primer templo de la diócesis. Estará presidida por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos de la Santa Sede, el cardenal Angelo Amato, quien acude a Burgos en representación del papa Francisco. Se desarrollará en el marco de una celebración eucarística a la que asistirán, entre otros, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez, el cardenal Antonio María Rouco Varela, el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez Vegas, y el arzobispo emérito, Francisco Gil Hellín.

También han confirmado su asistencia el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, el obispo de Ciudad Rodrigo, el burgalés Raúl Berzosa y el también burgalés y arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez González. Igualmente participarán los párrocos de las localidades natales de los nuevos beatos, así como sus alcaldes y algunos miembros de sus corporaciones municipales, al igual que los familiares de los mártires. También están llamados a participar todos los fieles de la diócesis.

Animarán el canto litúrgico la Coral Santa María y la escolanía de los Pueri Cantores de la catedral, la Schola Cantorum del Círculo Católico y la Coral de Suances.

El rito de beatificación

Será el arzobispo de Burgos,  Fidel Herráez, ordinario de la diócesis donde se celebra la beatificación y donde se instruyó su causa, quien solicite al papa Francisco «se digne inscribir en el número de los beatos a estos venerables siervos de Dios: Valentín Palencia Marquina, presbítero de esta diócesis, y a Donato, Germán, Zacarías y Emilio, jóvenes que sufrieron el martirio juntamente con él». A continuación, el cardenal Amato dará lectura –en latín– a la carta apostólica firmada por el papa Francisco en la que el Santo Padre «concede» que los cinco burgaleses «sean llamados, de ahora en adelante, beatos, y que pueda celebrarse su fiesta, cada año, el día quince del mes de enero, en los lugares y modos establecidos por el derecho, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén».

Será en ese momento cuando la asamblea cante jubilosa el canto «Christus Vincit» y se descubra el cuadro de los nuevos beatos, pintado por el artista Cándido Pérez Palma. Acto seguido, unos diáconos acercarán hasta el altar algunos objetos pertenecientes a los mártires que serán incensados por el representante del Santo Padre. El rito de la beatificación concluirá con unas palabras de agradecimiento de monseñor Herráez Vegas y la entrega de la carta apostólica del cardenal al arzobispo. A continuación, proseguirá la celebración eucarística con normalidad, en la que el cardenal pronunciará la homilía. Tras la misa, la asamblea entonará el himno a los nuevos beatos.

Con la ceremonia del sábado, los nuevos beatos podrán ser venerados públicamente en la diócesis y tendrán su propia fiesta litúrgica el 15 de enero. Habrá que esperar un milagro para que puedan ser declarados como «santos» y su culto se extienda así a toda la Iglesia universal. La distinción formal entre beato y santo, por tanto, no tiene que ver con su presencia en el cielo, sino con la difusión de su culto. En la declaración de santidad o «canonización», el papa compromete su ministerio petrino y se pronuncia de manera segura para la fe católica, proponiendo a la Iglesia universal un culto público y legítimo hacia ese santo. De ahí que la futura ceremonia de canonización tenga que estar presidida por el Papa.

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