Cuando el agua no llega a los hogares, la carga de ir a buscarla cae desproporcionadamente sobre las mujeres y niños, especialmente sobre las niñas. El desplazamiento para ir a buscar agua supone a menudo una gigantesca pérdida de tiempo para mujeres y niñas.
"Imagínense simplemente que 200 millones de horas son 8,3 millones de días, o más de 22.800 años", dijo el jefe mundial de agua, saneamiento e higiene de UNICEF, Sanjay Wijesekera. "Sería como si una mujer comenzara con su cubo vacío en la edad de piedra y no llegara a casa con el agua hasta 2016. Piensen en todo lo que el mundo ha avanzado en ese tiempo. Piensen en todo lo que podrían haber logrado las mujeres en ese tiempo".
"Cuando el agua no está en el lugar donde se vive y es preciso buscarla, son nuestras mujeres y niñas quienes lo están pagando con su tiempo y con su pérdida de oportunidades", añadió.
La recogida de agua puede afectar a la salud de toda la familia, particularmente a la de los niños. Cuando el agua no está disponible en el hogar, aunque se recoja de una fuente segura, el hecho de que tenga que ser transportada y almacenada incrementa el riesgo de que esté contaminada por heces en el momento en que se beba.
Para las mujeres, el coste en oportunidades de recoger agua es elevado. Recorta considerablemente el tiempo que disponen para dedicar a sus familias, en salud infantil, otras tareas del hogar, o incluso en actividades de ocio. Tanto para niños como niñas, la recogida del agua puede restar tiempo a su educación y a veces incluso impide por completo su asistencia al colegio.
Esto agrava a su vez el riesgo de incidencia de las enfermedades diarreicas, que son la cuarta causa principal de mortalidad infantil en niños menores de 5 años, y una de las causas primarias de desnutrición crónica o de retraso en el crecimiento, que afecta a 159 millones de niños en todo el mundo. Más de 300.000 niños menores de 5 años mueren anualmente por enfermedades diarreicas debido a las deficientes condiciones sanitarias de higiene y saneamiento o al agua no potable. Esto representa más de 800 niños y niñas al día.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible dedicado al agua y saneamiento, pide un acceso universal y equitativo al agua potable segura y asequible en 2030. El primer paso es conseguir que todo el mundo tenga, en un radio de un viaje de ida y vuelta de máximo 30 minutos, acceso a un servicio básico. El objetivo a largo plazo es asegurar que todo el mundo disponga de agua potable en casa.
Según cálculos de Naciones Unidas, en África Subsahariana, por ejemplo, para el 29% de la población (37% en áreas rurales y 14% en urbanas), las fuentes mejoradas de agua potable están a 30 minutos de distancia o más lejos.
En África Subsahariana, un viaje de ida y vuelta para recoger agua supone de media 33 minutos en zonas rurales y 25 en urbanas. En Asia son 21 minutos y 19 minutos respectivamente. Sin embargo, en algunos países en concreto las cifras pueden ser mayores. Un trayecto solamente de ida lleva más de 1 hora en Mauritania, Somalia, Túnez y Yemen.
Un estudio realizado en 24 países subsaharianos reveló que cuando el tiempo de recolección era de más de 30 minutos, unos 3,36 millones niños y niñas y 13,54 millones de mujeres adultas estuvieron a cargo de la recolección de agua. En Malawi, la ONU calcula que las mujeres que recogen agua emplean 54 minutos como promedio, mientras que los hombres pasan sólo 6 minutos. En Guinea y la República Unida de Tanzania, el promedio del tiempo de recolección es de 20 minutos para las mujeres, el doble que para los hombres.
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