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Más de la mitad de los jóvenes españoles cree que tendrá que emigrar por trabajo en los próximos dos años

Los jóvenes son, sin duda, uno de los colectivos que de forma más directa han sufrido y sufren los efectos de la crisis económica. Los jóvenes (entre los 20 y 29 años) soportan una tasa de paro del 35,7%, además de precariedad y bajas remuneraciones.

Redacción BurgosNoticias 
26/10/2016 - 19:22h.
Foto: tookapic
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Una situación que dura años y que ha provocado que casi la mitad (45%) crean que tendrán menos oportunidades laborales que sus padres.

El conjunto de los datos refleja una visión negativa de su futuro laboral: un 74% considera bastante o muy probable tener que trabajar de lo que sea, un 67% tener que depender económicamente de su familia y más de la mitad cree que deberá marcharse al extranjero para trabajar en los próximos dos años.

Aunque mayoritariamente se muestran dispuestos a esforzarse en conseguir escapar de un destino generacional bastante negativo mediante la formación, existe un grupo importante que parece haber asumido un horizonte desesperanzador para ellos: esperan poco del futuro, creen escasamente en sus posibilidades y aceptan resignados una perspectiva donde la inclusión laboral es de mera supervivencia.

Quizás la conclusión más importante debe referirse a que, más allá de lo ya conocido de que la crisis ha afectado especialmente a los más vulnerables, el impacto negativo no sólo ha quebrado el presente sino que ha condicionado la base de las expectativas, la autoconfianza y los recursos de esos jóvenes más vulnerables. Dicho de otra manera: las personas menos preparadas, las clases sociales con menos recursos, han sufrido una merma coyuntural en su calidad de vida y, sobre todo, más allá de eso, un cercenamiento en sus expectativas, que los condenan a la resignación, a la renuncia a superar la crisis, a una vida low cost.

Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio "Jóvenes y empleo, desde su propia mirada" que ha sido presentado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud.

La investigación analiza –a través de una encuesta personal a 2.013 jóvenes de 16 a 29 años- las expectativas, necesidades y deseos de los jóvenes en relación a su formación y a sus perspectivas de incorporación al mercado laboral.

En el estudio se abordan cuestiones como la utilidad percibida de los estudios cursados o su adecuación a las expectativas de las empresas; qué medidas reclaman para activar la contratación juvenil; lo que piensan de la labor de las administraciones en este terreno o si contemplan la emigración como alternativa de futuro, entre otras muchas.

Consideran la Formación Profesional más útil que la Universidad

Los jóvenes españoles siguen confiando de manera abrumadora en su formación como la mejor vía para encontrar trabajo: casi 3 de cada 4 entrevistados los consideran una herramienta útil de cara a su inserción laboral, siendo mayoría (54%) los que sostienen la versión más positiva.

Son muchos menos en proporción los que declaran una confianza baja en el valor de los estudios como instrumento para encontrar empleo (14,4%) y, una parte muy poco significativa (6,5%), afirma que no servirán directamente para nada.

La gran mayoría de jóvenes (61,7%) cree que su formación es adecuada para las necesidades laborales, un 32% piensa que es escasa y, apenas el 3%, reconoce una sobrecualificación.

En cuanto al tipo de formación que consideran más útil, casi un 76% piensa que los estudios obligatorios no son útiles, por sí solos, para encontrar trabajo.

La suma de quienes creen que los estudios universitarios son útiles para sumarse al mundo laboral supera por poco el 62%. Los que piensan que solo es "regular" representan el 27,6%. Porcentajes muy minoritarios para los que piensan que "poco" o "nada".

Por el contrario, entre quienes estudian o han estudiado FP, el 76,6% piensa que son estudios "muy" o "bastante" idóneos para preparar para el mundo laboral. Es el porcentaje más alto de reconocimiento de utilidad de unos estudios en la preparación para el trabajo, en la opinión de quienes cursan esos estudios.

En cuanto a la razón más frecuente en la elección de estudios universitarios se refiere a la vocación (casi el 82%). A mucha distancia se sitúa una atribución utilitarista, para encontrar trabajo (38%); y en tercera posición, pero con mucho menor apoyo, la influencia de los progenitores (18,6%). El resto de motivaciones son prácticamente residuales.

Expectativas ante el empleo

La difícil situación no parece haber mermado las exigencias de los jóvenes frente al trabajo, al menos en el plano ideal. La opción más deseada (44%) pasa por la expectativa de las mejores condiciones posibles (adecuación al perfil personal, buena remuneración, en el lugar de residencia).

A considerable distancia aparecen minorías que renuncian a una u otra exigencia (en proporciones más o menos idénticas), o que incluso no piden más que tener un trabajo (11,1%), sin exigencia alguna.

Como en muchos otros aspectos, las visiones más negativas y desesperanzadas son mostradas por aquellos jóvenes con menor nivel de estudios y clase social.

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