SALUD

La toma diaria de antioxidantes ayuda a mantener la piel joven y sana frente a los peligros del sol

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La radiación solar, la contaminación, el tabaco, la temperatura, la nutrición, el estrés y dormir poco y mal son los 7 factores principales -exposoma- que influyen en el envejecimiento de la piel, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), y los siete son modificables.

Redacción BurgosNoticias 
20/05/2018 - 13:36h.

La radiación solar, la contaminación, el tabaco, la temperatura, la nutrición, el estrés y dormir poco y mal son los 7 factores principales -exposoma- que influyen en el envejecimiento de la piel, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), y los siete son modificables.

Con la llegada del buen tiempo aumenta la actividad al aire libre y la exposición al sol y, más allá de la obligada protección solar, la ingesta de antioxidantes ayuda a combatir y frenar diferentes signos externos del envejecimiento.

Principales signos de envejecimiento

Los cambios en la piel están entre los signos más visibles de envejecimiento como las arrugas, la piel flácida y la pérdida de cabello.

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y cumple diferentes funciones: contiene receptores nerviosos que permiten percibir el tacto, el dolor y la presión; ayuda a controlar el equilibrio de líquidos y de electrólitos; ayuda a controlar la temperatura corporal; y nos protege del medioambiente.

En la piel se distinguen tres capas principales: La parte externa (epidermis) contiene células cutáneas, pigmento y proteínas. La parte media (dermis) contiene vasos sanguíneos, nervios, folículos pilosos y glándulas sebáceas. La dermis suministra nutrientes a la epidermis.

La capa interna bajo la dermis (la capa subcutánea) contiene las glándulas sudoríparas, algunos folículos pilosos, vasos sanguíneos y grasa. Cada capa contiene también tejido conectivo, con fibras de colágeno para dar soporte y fibras de elastina con el fin de proporcionar flexibilidad y fuerza. Con el envejecimiento, la capa externa de la piel (epidermis) se adelgaza, aun cuando la cantidad de capas celulares permanece sin cambio alguno.

En paralelo, los cambios en el tejido conectivo reducen la resistencia y la elasticidad de la piel, especialmente en las zonas expuestas al sol. Por su parte, las glándulas sebáceas producen menos aceite a medida que se envejece, lo que causa sequedad y picazón.

Cuando la capa de grasa subcutánea se adelgaza, ofrece menos aislamiento y amortiguación, aumentando el riesgo de lesión de la piel y reduce la capacidad de conservar la temperatura corporal. Con la edad, las glándulas sudoríparas producen menos sudor, lo que hace que sea más difícil mantenerse fresco, aumentando el riesgo de sobrecalentarse o de sufrir insolación.

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