Los tratamientos naturales elaborados a base de árbol de Neem o árbol de té son una solución eficaz para evitar contagios y luchar contra ellos cuando ya se han instalado en el cuero cabelludo.
En verano no hay que ir al colegio, pero los pijos no se van de vacaciones. De hecho, el período estival es uno de los más críticos para esta afección, sobre todo en los campamentos, las colonias y las piscinas. Un caldo de cultivo ideal para el contagio, ya que los niños comparten un mismo espacio y objetos personales.
"En contra de la creencia popular, los piojos no pueden saltar, volar ni nadar y solo pueden adquirirse por contacto directo de cabeza a cabeza", afirma Reme Navarro, Co-fundadora, Consejera Delegada de Mifarma. Viven junto al cuero cabelludo y se alimentan de sangre, lo que puede provocar picor.
"Estos insectos buscan un ambiente húmedo y caluroso, de ahí que prefieran los cabellos largos, además está demostrado que los niños de entre 4 y 12 años son los que más afectados se pueden ver por esta epidemia", continúa Navarro.
El principal problema de estos parásitos es que crecen y se multiplican muy rápido. Una hembra pone entre 5 y 10 huevos al día (las liendres), que eclosionan y se convierten en piojos a los 7 días. Por esta razón, es imprescindible estar atentos a los signos de picor que aparezcan. Para evitar el contagio de los más pequeños de la casa durante los meses más calurosos, Mifarma recomienda adoptar los siguientes consejos:
Todas estas recomendaciones no solo ayudarán a combatir los piojos este verano sino que prepararán el cabello de los más pequeños para la vuelta al cole tras sus vacaciones. Reme Navarro destaca que, "el año escolar es muy largo y hay que prevenir y concienciar tanto a padres como a niños".
Además, nos recuerda que los padres juegan un papel muy importante, ya que "deben ser quienes aconsejen a los más pequeños, sin presionarles, para que tomen las debidas precauciones y les informen si creen que alguno de sus amigos puede estar infectado".
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