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Rosa Niño: “Que te digan que no le podemos garantizar su seguridad si sale de El Prat, es muy fuerte”

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"Si usted sale del aeropuerto nadie le garantiza que pueda volver mañana y no sabe con lo que se va a encontrar porque se espera un noche muy difícil". Ante ello, una burgalesa, Rosa Niño, decidió quedarse sin dormir la noche del viernes al sábado y relatar su experiencia en una Barcelona tomada por las Fuerzas de Seguridad.

Redacción BurgosNoticias 
20/10/2019 - 10:36h.

Cuando ocurren ciertos acontecimientos que, pueden ser en ocasiones inesperados o o no, la sensación de frustración que le queda a uno, de impotencia o desazón puede superar cualquier situación vital.

Una sensación parecida, similar, es la que vivieron miles de pasajeros que debía tomar un enlace aéreo desde Barcelona en la noche del viernes cuando, de repente, se enteran que su avión no va a salir; que se tienen que quedar en tierra y, lo que es peor, no pueden salir del aeropuerto de El Prat, tomado, literalmente, por las Fuerzas de Seguridad.

 

La repercusión de la huelga general del pasado viernes en Barcelona y Cataluña, unida a los conflictos que se han desarrollado a lo largo de todo el fin de semana y días anteriores no repercuten solo a vecinos catalanes, sean o no independentistas, sino a personas inocentes que se ven envueltas en una situación incomprensible. Es lo que le ocurrió a Rosa Niño una burgalesa en la que coincide la condición de tal y de concejala en el Ayuntamiento de Burgos.

La odisea que tuvo que pasar el la noche del viernes al sábado en el aeropuerto del Prat no se lo desea "ni a su peor enemigo".  Las cosas en torcieron ya desde por la tarde cuando el vuelo a Barcelona desde Villafría sufría un considerable retraso de algo más de 3 horas...

Y se prolongo a la llegada al aeropuerto Barcelona... La mismas Rosa Niño lo relata en primera persona: "Después de tanto tiempo esperando, la dirección del aeropuerto, en coordinación con las Fuerzas de Seguridad del Estado deciden cerrarlo"

Niño habla de "rabia, indignación y pena; no fue miedo,  fueron tres momentos muy concretos por lo que estaba pasando ya que nadie te puede prohibir moverte y salir por tu país e indignación por la actitud de la propia gente, que está destrozando su ciudad... su comunidad", lamentaba.

"Fueron momentos raros. En un principio primero porque ves que no vas a poder conectar con tu vuelo y te cierran el paso y no puedes seguir. A partir de ahí entras en el proceso de acudir a la compañía a reclamar". Los problemas para reclamar se quedaban pequeños con la experiencia vivida.

Desde que Rosa Niño llegó, el aeropuerto ya estaba tomado por los antidisturbios "y piensas que está pasando y al intentar salir te dicen "no le podemos garantizar su seguridad, si usted sale, quizá no pueda volver mañana y no sabe con lo que se va a encontrar porque se espera un noche muy difícil".

Ante esa situación, pasó a la zona de embarque y al exterior y allí decidió no jugársela y afrontar los hechos. "La rabia es que alguien me prohíba andar por mi país"; esa sensación "de que alguien me diga que no puedo moverme con libertad y la indignación de que el Gobierno de mi país no hace nada..."

La historia tuvo final feliz ya en la mañana del sábado y Rosa pudo tomar su vuelo y disfrutar de unas merecidas vacaciones, pero nadie le puede quitar la experiencia vivida en El Prat; una burgalesa que ha vivido en primera persona el trauma de una ciudad; el resquebrajamiento de una sociedad que ha empezado a vivir en la intemperie de la inseguridad.

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