Según numerosos especialistas, el hígado es la parte del cuerpo humano que más sufre los excesos de la Navidad, donde la comida y el alcohol tienen un especial protagonismo.
Muchas veces pasa inadvertido frente al resto de órganos del cuerpo, pero, según la medicina china, el hígado es uno de los más importantes y que requiere mejores cuidados. Una sobrecarga puede desencadenar toda una suerte de síntomas de suma molestia para el paciente como estreñimiento, vientre inflamado, problemas de la piel, vómitos, cefaleas, retención de líquidos o incluso cambios bruscos en el estado de ánimo. Signos que se multiplican en épocas concretas del año como la que ahora se aproxima: Navidad.
Según una encuesta realizada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), el 73% de los españoles hacen entre una y cuatro comidas o cenas con familiares y amigos durante estas fiestas. Todas ellas compuestas de ingentes cantidades de comida y bebida, que hacen un flaco favor a la salud de nuestro hígado. "El problema es que el acúmulo de tantos productos grasos, procesados y alcohol pueden hacer mella en nuestro hígado al saturar su función detoxificadora, ya que tiene que trabajar más para eliminar las toxinas que entran al organismo", alerta el doctor Juan Carlos Ocaña, especialista en fitoterapia en INFITO. Un exceso que, tal y como explican desde el mismo organismo, suele afectar al 37% de los consumidores. ¿Cómo podemos poner solución a este problema?
Para la mayoría de personas, resulta muy complicado evitar ese tipo de compromisos que ocupan gran parte de la Navidad. Por eso, intentan reparar el daño causado una vez finalizadas las fiestas. ¿Cómo pueden conseguirlo? Muy sencillo, siguiendo una dieta sana, equilibrada pero sobre todo depurativa. "Todo lo que comemos y bebemos pasa por el hígado mediante la sangre. Aproximadamente cada minuto pasa por el hígado 1,5 litro de sangre proveniente del intestino que contiene nutrientes y toxinas, y el hígado se encarga de limpiar esta sangre antes de que circule por el resto del cuerpo", explica la nutricionista Júlia Farré en su blog personal. Así, el consumo reiterado de proteínas de origen animal, grasas y alcohol termina por saturar las funciones habituales del hígado.
El objetivo prioritario de cualquier dieta depurativa es restablecer los valores sanguíneos que han subido durante ese periodo de tiempo, es decir, la tensión arterial, el ácido úrico, el colesterol o los triglicéridos. Para ello, la experta recomienda practicar el descanso hepático, un método que se caracteriza por incluir alimentos que no dan demasiado trabajo al hígado y que le ayudan a recuperarse mucho más rápido. Destacan los hidratos de carbono complejos integrales, los alimentos con muy poca sal y grasa, y por supuesto los líquidos -a modo de agua e infusiones-. Además, no se trata de una dieta que deba alargarse en el tiempo, "de 1 a 3 días es suficiente. Es una dieta que podemos hacer después de días de excesos como después de vacaciones o de Navidad. Después deberíamos volver a nuestra dieta equilibrada habitual", añade Farré. Afortunadamente, si queremos que esta asistencia personalizada tenga lugar durante todo el año, podemos incluir en nuestra alimentación normal algunos ingredientes que influyen positivamente sobre el hígado.
Como hemos visto anteriormente, es prácticamente imposible prohibir ciertos alimentos en estas fechas, pero sí podemos aprovechar los días intermedios para compensar. Esto se logra planificando con tiempo todas aquellas comidas que se hagan en casa, evitar los empachos y los productos procesados o hacer deporte los días libres. Si combinamos estas prácticas con un conjunto de alimentos beneficiosos para el hígado, los daños podrían reducirse. ¿Cuáles son?