ECONOMÍA

El verano da un "respiro" al turismo rural de Castilla y León con el mejor julio en los últimos 20 años, aunque falta "tranquilidad"

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Foto: visit Finland

"Mucha gente ha descubierto un turismo de interior que antes ni contemplaba. Esperamos que esto sirva para fidelizar clientes y que repitan".

Alba Camazón | eldiario.esCyL
05/09/2020 - 11:46h.

El verano da un "respiro" al turismo rural de Castilla y León con el mejor julio de los últimos 20 años. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo durante el mes de julio se han registrado 235.465 pernoctaciones, un 13% más que en 2019. "La gente ha empezado a mirar al turismo rural y de proximidad y nos ha dado un respiro al sector del turismo rural", sentencia el presidente Asociación Segovia Rural y Activa, Domingo Asenjo.

El turismo rural de Castilla y León está entre los pocos con mejores datos que el año pasado a pesar de que de forma habitual lidera en el sector. Concretamente, esta es la cuarta autonomía en crecimiento, solo por detrás de Murcia (38%), Castilla-La Mancha (18%) y Asturias (13%). "Ha venido menos gente, pero se han quedado más días. En lugar de dos o tres días han venido cinco o una semana entera", valora el presidente de la asociación Valladolid Rural, Luis Chico.

Sin embargo, este descanso de los últimos dos meses no es suficiente. "No da tranquilidad. Sigue habiendo incertidumbre. ¿Qué va a hacer la gente?", se pregunta Chico. Los representantes del turismo rural consultados por este diario coinciden en que todo dependerá de la evolución de la epidemia, que tiene una incidencia evidente en el sector turístico y hostelero.

"Este va a ser un buen año de setas y, si todo sigue igual y no nos cierran, prevemos un buen otoño", augura optimista la presidenta de TurSoria, Beatriz Calavia. En el lado opuesto se sitúa Asenjo: "Estamos muy preocupados por los próximos meses. Vuelve la incertidumbre y ya hay algunas anulaciones".

En Castilla y León existen 3.813 alojamientos rurales con 36.659 plazas por las que facturan anualmente más de 70 millones de euros. Ninguno aspira a repetir este año la cifra de ejercicios anteriores, como esos 70 millones de euros, pero esperan salvar la temporada con este impulso al turismo rural.

"Mucha gente ha descubierto un turismo de interior que antes ni contemplaba. Esperamos que esto sirva, a largo plazo, para fidelizar clientes y que repitan", espera Asenjo, que cree que "se han puesto en valor" el espacio natural, la gastronomía, el patrimonio histórico y los alojamientos en pequeños municipios".

Críticas a las Administraciones

Este impulso que ha recibido el turismo rural, destaca Chico, se debe "al esfuerzo y a la importante campaña" de los empresarios a través de redes sociales y contactos, "y no porque la Junta haya hecho un trabajo excepcional". "Cuando uno es líder en turismo rural, hay que serlo en todo. La Junta tiene que marcar las pautas, pero va un poco a rebufo de lo que hacen otras autonomías", critica. "¿Estás viendo campañas de Castilla y León en televisión? Alguna campaña hay, pero está lejos de lo que necesitamos", agrega.

Calavia, por su parte, dirige sus críticas a la Diputación de Soria. "No ha habido ni un ápice de cariño, acercamiento o ayuda por parte de la Diputación. No veo el apoyo que debería en un sector que tiene 3.800 camas como este", censura la presidenta de TurSoria.

Ante la posible preocupación de los vecinos de los municipios en los que hay situadas casas rurales, el sector insiste en el cumplimiento del protocolo COVID, incluso por encima de lo que solicita la Junta de Castilla y León. Calavia y Chico aseguran que tienen hasta mascarillas a disposición de los turistas, por si las necesitaran, "incluso antes de que la mascarilla fuera obligatoria", apostilla la presidenta de TurSoria. "Tenemos que cuidar nuestros pueblos y evitar que se genere desconfianza", remacha.

"El problema es que no ha habido un movimiento económico importante en los pueblos porque muchos se han quedado en el alojamiento", plantea Luis Chico. "La gente no ha ido a los sitios a comer, ni a conciertos, fiestas, mercados... porque no los había.La gente no ha salido", insiste.

"El cliente extranjero ha desaparecido"

"En los cámpines se ha salvado el verano, dentro de lo que cabe", asegura el presidente de la Asociación empresarial de campin de Castilla y León, Alejandro Sanz, que augura un otoño "más duro". "La situación ha sido muy desigual. El cliente extranjero ha desaparecido por completo", explica Sanz.

Las pernoctaciones en el sector del campin han bajado respecto al 2020 un 26%, lo que permitirá a muchos soportar el verano, frente a un descenso del 36% en España de media. Este descenso se debe precisamente a esa caída de los viajeros extranjeros. Según los datos del INE, los cámpines de Castilla y León acogieron este julio a 2.954 foráneos. Pero el año pasado, en ese mismo mes, fueron 18.712 los turistas de otros países que se alojaron en estos campamentos.

Por lo tanto, aquellos cámpines que normalmente recibían más turista extranjero, han tenido "una merma considerable" tras meses cerrados. "En aquellos que estaban cerca de capitales grandes como Bilbao o Madrid, que no se han ido muy lejos, se ha salvado la temporada bien", señala. La cuestión está -agrega- "en saber si nos valdrá para cubrir todo el año".

El sector más golpeado, el hotelero

El sector más golpeado en este verano ha sido el hotelero: las pernoctaciones han bajado un 48% respecto a julio del año pasado, aunque el impacto ha sido todavía mayor en zonas de costa, basados en un turismo de sol y playa y la recepción de turistas extranjeros.

"Julio y agosto han sido bastante complicados... y lo próximos meses serán todavía peores", lamenta el presidente de Hoteles Valladolid, Francisco Posada. Él calcula que el nivel de ocupación ha sido del 20 o 25% entre los dos meses en una ciudad que lograba una ocupación del 65% en el verano previo a la epidemia. "La situación es bastante dramática", sentencia, y los próximos meses, en los que dependen del viajero por motivos laborales, no parece que vaya a mejorar. "Muchas empresas apuestan por el teletrabajo o semipresencial, no hay congresos ni eventos...", ejemplifica.

En León sí han apreciado "algo de movimiento", aunque lamentan que han tenido que bajar los precios en un intento por atraer turistas a sus alojamientos. Desde el sector aseguran que apenas han tenido clientes de entre 50 y 60 años, que suelen tener mayor capacidad económica, y aventuran que la perspectiva es "muy floja", aunque las reservas se hacen con apenas antelación. "Esto va a ser un 'sálvese quién pueda'", lamentan.

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