Participaba activamente en la vida económica de Burgos, con los lavaderos de lanas, situados en la orilla izquierda de la Isla; el regadío de huertas y movimiento de molinos, y, de modo especial la pesca. Tan importantes eran estos servicios del Arlanzón a su ciudad, que su aprovechamiento ocasionó numerosos litigios.
La pesca era una actividad a la que se dedicaban un gran número de burgaleses ribereños, estando perfectamente reglamentada en cuanto a los instrumentos y cebos permitidos.