OPINIÓN

Al que se mueve le quitan de la foto

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Fue Alfonso Guerra, enfant terrible de la política española en los ya lejanos años 80, quien para demostrar su control sobre el partido del que era Vicesecretario General, no tuvo ningún empacho en afirmar que "El que se mueve no sale en la foto".

Juan V. Velasco
22/04/2021 - 09:26h.

Esa política tan arraigada en la carpetovetónica España del "prietas las filas", parece que está más de moda que nunca en el HUBU bajo la dirección del inefable José María Romo.

Este personaje de trayectoria en la gestión tan dilatada como fracasada ha puesto en marcha una variante burgalesa de la frase que acuñó su añorado Alfonso Guerra. "Al que se mueve le quito de la foto".

Con una precisión casi de relojero y con una eficacia que envidiaría cualquiera de los maestros del "exterminio" que en la historia han sido, ha liquidado a un buen número de los Jefes de Servicio que tuvieron la osadía en septiembre de 2019 ante el cese del anterior gerente Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso de aparecer en público exigiendo el cese inmediato del Gerente Regional.

Además de pedir el cese del escudero Mitadiel en aquella comparecencia, de la que es fiel testigo la fotografía, solo se les ocurrió además pedir explicaciones en persona a la mejor médica del mundo.

Insensatos. ¡Qué poco sabían esos idealistas con quien se jugaban los cuartos ¡¿Cómo osaron pedir explicaciones a ese ser superior que tenemos la suerte de ver levitar sobre las aguas de la Sanidad de Castilla y León? ¿Cómo unos humildes médicos se atreven a pedir explicaciones a la mejor médica del mundo?

Desde entonces no uno ni dos ni tan siquiera tres, sino 12 jefes de servicio han desaparecido de la fotografía en un remedo de lo que Stalin hacía con los caídos en desgracia.

El capataz Romo como los buenos cantadores, ha dado muestra de que domina todos los "palos del exterminio". Desde la pertinaz callada por respuesta ante los problemas del día a día y que viene a quebrar la paciencia del mismísimo Job, pasando por disparatadas comisiones de violencia interna y acabando en comisiones de valoración de jefaturas que por decirlo suavemente han levantado algo más que ampollas.

Da igual si esos jefes desempeñaban bien su función o si por el contrario no. Lo cierto y verdad es que estaban en la fotografía y eso para la mejor médica del mundo, su fiel escudero Mitadiel y el capataz Romo constituye un delito que solo se paga con el "exterminio" de su condición de jefes.

El problema de ese "exterminio" no solo es la pérdida de talento que lleva implícito y que, por cierto, muchos de los exterminados han demostrado sobradamente en las últimas décadas, sino la repercusión que esto tiene en la actividad, la moral y la calidad del Hospital, que por cierto va cayendo día a día a pasos agigantados.

Este es el resultado de la política puesta en marcha por esos iluminados políticos que nos han caído en suerte. Hay que acabar con lo anterior y cobrar facturas que en el pasado quedaron en impago.

La nueva política ha traído a la sanidad de Castilla y León en general y de Burgos en particular lo peor de la época INSALUD de la mano por cierto de muchos de los personajes que afortunadamente habíamos perdido de vista y estos iluminados han vuelto a reflotar.

Y ante tamaña tropelía solo cabe preguntarse ¿Pero ¿qué hemos hecho en Burgos para merecer esto?

Solo nos queda el consuelo de que "no hay mal que cien años dure". Ánimo que ya queda menos.

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