'Tenemos todo controlado menos el tiempo que pueda hacer mañana por la tarde'. Así comenzaba el 'Jefe' de los organizadores de la manifestación la reunión celebrada el día anterior en la Cámara de Comercio
Afortunadamente y tal vez gracias a las plegarias del Sr. arzobispo la climatología de este martes a la tarde-noche era incluso más benigna que la de Burgos cualquier día del mes de agosto.
Los primero que me encontré nada más acercarme a la Real y Antigua de Gamonal fue un despliegue policial que asustaba. Locales y nacionales con sus principales mandos al frente que no podían dejar de acudir a esta cita, pensando en su futuro profesional.
Dos motoristas que abrían el paso, un coche de la Local, dos furgonetas antidisturbios de los 'botas', otro vehículo de la local con su Mayor y con el segundo de abordo a pie de calle, y luego más furgonetas antidisturbios de los nacionales, además de un policía en cada cruce...
Tiene gracia que el resto de días con manifestaciones, a lo sumo he visto a un oficial de la Local y a un subinspector de la Nacional para controlar la situación. De hecho, el día de la de la Sanidad Pública esa era la realidad.
En esta jornada por lo menos 5 furgonas de las Unidades de Intervención Policial llegadas desde Valladolid se dejaron ver en el recorrido. El colmo era que 15 agentes a pie y tres furgonetas 'vigilaban' la Subdelegación del Gobierno en la calle Vitoria al paso de los manifestantes. Estos, lo más que dijeron frente al edificio era: "los de la acera a la carretera".
Parece que también Pedro L. de la Fuente, al que le quedan dos telediarios en el cargo quería quedar bien con el 'Jefe Supremo'.
La salida se dio con puntualidad británica y en ese momento eran poco más de 3.000 los que decidieron subir a Gamonal y hacer todo el recorrido.
Desde los Medios de Comunicación Oficiales del Evento no tenían, siguiendo indicaciones previas, otra preocupación que ir aumentando en cada conexión el número de manifestantes, y la verdad es que poco a poco se iban incorporando a la cita más burgaleses que en muchos casos me recordaba a los peñistas cuando bajan de los toros. Bien es cierto que aquí faltaba la bota y el bocata.
Si he comparado lo que puede presenciar con la bajada de las Peñas es también porque eran muchos los burgaleses que a lo largo de las aceras de la calle Vitoria se dedicaban a ver pasar 'el festejo'.
Finalmente fueron 12.000 los manifestantes según la organización; 11.000 según quien esto escribe, los que 'intentaron meter miedo' a nuestros representantes políticos para que exijan en Valladolid y Madrid el trato que Burgos se merece.
Vergüenza me da, a ellos seguro que no, que alguno de esos cargos nacionales y regionales se hayan permitido ya no sólo ir al acto sino lo que es peor colgar en las Redes Sociales reivindicaciones para Burgos cuando ellos durante los muchos años que han estado y que van a seguir estando no hayan hecho nada al respecto.
Ya solo resta esperar, como dijo Rosalía de Castro en gallego y que me he permitido traducir: "Cuando una peste se lleva hombres tras hombres, no queda más que enterrar deprisa a los muertos, bajar la frente y esperar a que pasen las corrientes apestadas, que otras vendrán"