Castilla y León estudia con los servicios jurídicos si puede imponer un toque de queda de 1.00 a 6.00 en los municipios con mayor afección de COVID, según ha informado la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en una rueda de prensa este martes. De momento, se está analizando el toque de queda durante 14 días, localizado en los municipios y esgrimirán la incidencia acumulada y el impacto sanitario "a todos los niveles" como justificación de la "proporcionalidad" de las medidas.
Si se pudiera hacer, sería algo "muy similar" a lo que ha hecho la Comunidad Valenciana, en la que se ha limitado la movilidad en horario nocturno en los municipios con mayor incidencia, pero solo si la Junta ve que es "factible legalmente" y oportuno ante la posibilidad de que el ocio nocturno se traslade a los municipios aledaños. Según ha argumentado Casado, por ese motivo en otras ocasiones ha defendido implantar el toque de queda en toda la Comunidad e incluso en todo el país. "Si cierro Valladolid y dejo abierto el alfoz, a lo mejor traslado el ocio a otro sitio. Hay que ser cuidadoso", ha apuntado.
La Junta de Castilla y León también está barajando si bajar a toda la Comunidad al nivel 2 de alerta, aunque, de hacerse, habría que "ajustar" las restricciones del nivel para no "penalizar" a sectores en los que no se hayan detectado muchos contagios. Por ejemplo, se mantendría el aforo -o incluso se ampliaría al 100%- en las terrazas de la hostelería. Sí que están valorando el cierre del ocio nocturno u otras medidas adicionales.
El pasado jueves el Consejo de Gobierno anunció el cierre de las discotecas a las 2.00 y la prohibición del consumo en barra.