Al parecer, el conductor, fruto de la alta velocidad y el estado de embriaguez en el que se encontraba, perdió el control del vehículo que acabó estrellado en el establecimiento, sin que afortunadamente se produjeran heridos, aunque sí notables daños materiales.
La mezcla entre alcohol, coche y velocidad casi siempre lleva aparejada efectos perniciosos y perjudiciales, sobre todo en forma de accidentes, tal y como ha revelado la Policía Local de Burgos.
Este cóctel explosivo se puso de manifiesto en las últimas horas cuando un conductor ebrio que triplicaba la tasa máxima de alcohol permitida, empotró el coche que conducía contra un restaurante de la capital burgalesa ubicada en el entorno de Capiscol.
Al parecer, el conductor, fruto de la alta velocidad y el estado de embriaguez en el que se encontraba, perdió el control del vehículo que acabó estrellado en el establecimiento, sin que afortunadamente se produjeran heridos, aunque sí notables daños materiales.
Tras someterse a las pertinentes pruebas de alcoholemia y comprobar que triplicaba la tasa permitida, los agentes de la Policía Local procedieron a abrirle diligencias por un presunto delito contra la Seguridad Vial.
Desde Policía Local se vuelve a reiterar la incompatibilidad de ingerir bebidas alcohólicas cuando nos ponemos al volante.
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