SALUD

Seis de cada diez estudiantes universitarios no se sienten a gusto con su cuerpo

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Investigadoras de la Universidad de Burgos han analizado factores de riesgo de trastornos alimenticios en 516 estudiantes de la Universidad de Burgos.

Redacción BurgosNoticias 
20/06/2019 - 18:00h.

Investigadoras de la Universidad de Burgos han analizado los niveles de ansiedad e insatisfacción corporal en 516 estudiantes de la UBU. Seis de cada diez participantes manifestaron su insatisfacción corporal (58,5 % moderada, 2,9 % alta), mientras que 1 de cada 5 declaró sufrir altos niveles de ansiedad. Los resultados, en concordancia con otros estudios, indican que los estudiantes universitarios, principalmente las mujeres y los más ansiosos, presentan mayor riesgo de sufrir trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

Este estudio confirma que una mayor ansiedad presenta relación directa con una mayor insatisfacción corporal, uno de los factores de mayor impacto en el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria. "Por lo tanto", afirman en el estudio, "aquellos estudiantes más ansiosos podrían estar más insatisfechos con su cuerpo, y esa insatisfacción conllevaría a la realización de hábitos no saludables que puedan desencadenar un TCA".

Al analizar los niveles de ansiedad, no se encontraron diferencias significativas en cuanto a género, centro de estudios y curso. Sin embargo, el estudio muestra que la insatisfacción corporal afecta más a las mujeres y a las personas con tendencia a altos niveles de ansiedad. "La insatisfacción con su propio cuerpo", explican en el estudio, "en compañía de altos niveles de ansiedad, puede ocasionar comportamientos poco saludables que supongan consecuencias perjudiciales en la vida cotidiana de las mujeres, como lo es seguir dietas sin supervisión médica".

Este estudio contribuye a dar visibilidad a posibles problemas de salud mental enmascarados en la población universitaria y a reflexionar sobre el importante papel de la prevención de TCA, y otros, mediante la identificación de señales de alerta como el alto nivel de ansiedad e insatisfacción corporal.

"Es esencial la prevención primaria en edades tempranas", señala la investigadora Mª Ángeles Martínez-Martín, "fomentando desde la infancia la autoestima, la aceptación propia y la educación para la salud y la alimentación. Necesitamos trabajar en los buenos hábitos alimentarios y atender los problemas emocionales que subyacen a estos trastornos, ya que suelen darse en personas que se sienten inseguras e infravaloradas. Experiencias ligadas al acoso escolar, dificultades en las relaciones interpersonales, así como el uso de dietas pueden ser factores que precipiten estos trastornos, constituyendo hechos sobre los que es necesaria una vigilancia con el fin de poder detectar y tratar tempranamente posibles trastornos de la conducta alimentaria".

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