Y por fin se levantaron las barreras de la autopista AP-1 entre Burgos y Armiñón, después de 44 años de concesión y tres prórrogas. Esta medianoche tenía lugar el histórico momento que hace que esta autopista sea la primera de toda España que deja de cobrar peaje.
En el acto de la retirada de las barreras de peaje han estado presente el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro Luis de la Fuente junto con otros miembros de diferentes formaciones políticas y responsables de la Guardia Civil, Fomento y Tráfico.
Con motivo de la liberalización y con el objetivo de que este proceso se realice de la manera más ordenada posible, se ha puesto en marcha un dispositivo especial de seguridad compuesto por 11 patrullas de Tráfico de la Guardia Civil, cuatro de la Policía Nacional y 15 agentes de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil.
Este dispositivo se ha encargado de evitar que se produzcan retenciones e informar a los usuarios que utilizan esta vía que se puede circular de manera gratuita y que deben transitar a 20 kilómetros por hora a la hora de pasar por los peajes sin la necesidad de detenerse. Las cabinas de peaje se desmantelarán en los próximos meses de una forma paulatina, según ha señalado la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones.
Durante los próximos días se comprobará la capacidad de la autovía a la hora de absorber un flujo de vehículos de 20.000 al día, a los 27.000 que pasará a tener a partir de ahora, muchos de ellos pesados. Una prueba de fuego será el próximo Puente de la Inmaculada y la Constitución en el que se prevé una gran afluencia de vehículos por la autovía.
Además, se deberá hacer una reflexión sobre la necesidad de habilitar un tercer carril y la posibilidad de construir más accesos para los núcleos urbanos de todo el corredor de la autovía.
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