SALUD

¿Vivir 150 años? El talón de Aquiles de la longevidad está en el cerebro

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Con el apoyo financiero de algunas grandes fortunas, la ciencia de la longevidad está haciendo grandes avances para estirar nuestra esperanza de vida. Sin embargo, vivir un siglo o más no servirá de mucho si la cabeza no nos funciona.

Antonio Villarreal/SINC
03/10/2025 - 11:12h.

¿De qué hablan los líderes más temidos del mundo cuando nadie les escucha? Hace unos días pudimos descubrirlo.

El pasado 3 de septiembre, Vladimir Putin y Xi Jinping caminaban juntos por la plaza de Tiananmen junto a Kim Jong-Un. Ruso, chino y norcoreano estaban allí para conmemorar el 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial. En un momento dado, el traductor de Putin comenzó a traducir al chino: "La biotecnología está avanzando continuamente. Los órganos humanos pueden ser trasplantados continuamente. Cuanto más vives, más joven te vuelves e incluso puedes lograr la inmortalidad".

Xi le respondió: "Algunos predicen que en este siglo los humanos podrían vivir hasta 150 años".

Siempre y cuando —les faltó decir— nadie los apee del poder, dado que históricamente la esperanza de vida de un autócrata suele resentirse mucho al salir del palacio presidencial.

Pese a su ubicación, tanto Putin como Xi compartían una idea cada vez más en boga, tanto en Oriente como en Occidente: la obsesión por la longevidad, cuya vertiente más extrema, el transhumanismo, defiende que en apenas unas décadas el ser humano trascenderá nuestro inevitable final como seres biológicos gracias a la biotecnología, nanorrobótica e inteligencia artificial.

La ciencia de la longevidad

Basta con echar un vistazo a una de las últimas ediciones del Financial Times, 'la Biblia' de la élite empresarial, para darse cuenta del enorme interés que despierta la ciencia de la longevidad, así como la industria que ha crecido alrededor de la promesa de vivir saludablemente por encima de los 100 años.

"Altos Labs lidera la búsqueda de la longevidad mientras las empresas biotecnológicas esperan un momento decisivo", dice un extenso reportaje en referencia a la joven empresa californiana que en apenas cuatro años ha captado a investigadores españoles de fama mundial como Juan Carlos Izpisúa, Manuel Serrano, Pura Muñoz Cánoves, María Abad o Eduardo Moreno, entre muchos otros científicos renombre, incluidos premios Nobel como Jennifer Doudna o Frances Arnold.

Pero Altos Labs no es la única competidora en la carrera por llegar al siglo de vida en plenitud de facultades: Sam Altman, el fundador de OpenAI, y otros magnates de Silicon Valley han invertido también en startups como Retro Biosciences, Cambrian Biopharma o Calico Life Sciences con el mismo objetivo: la longevidad extrema.

¿Qué hacemos con el cerebro?

Pero para todos estos pioneros, sigue existiendo un límite que la ciencia está sufriendo para cruzar: el cerebro. Podemos reparar o reemplazar casi cualquier parte del cuerpo gracias a la biotecnología o las células madres, ¿pero de qué nos serviría si el cerebro empieza a emitir señales de deterioro a partir de los 57 años?

Más allá de la ciencia, el asunto es de máxima importancia para todos los gobiernos por sus implicaciones socioeconómicas, y muy especialmente para España, país con mayor esperanza de vida de la Unión Europea y siempre rondando el podio mundial junto a Japón, Suiza o Singapur. No en vano, fue el tema de uno de los primeros informes preparados por la Oficina C de asesoramiento científico para el Congreso de los Diputados, a finales de 2023.

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