Morirse no resulta precisamente barato. Si sumamos los costes del velatorio, el ataúd, el sepelio o la incineración, además de flores, coche, esquelas, etc. el precio se puede disparar. De media, un entierro sencillo supera los 3.500 euros... pero hay grandes diferencias. Lo malo, aseguran desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es que es difícil tener de antemano información que ayude a elegir: es un sector poco transparente y con poca competencia.
El sector de las funerarias no destaca precisamente por su transparencia. Un completo estudio realizado por OCU hace algún tiempo ponía el foco en la difícultad para los consumidores de tener información, presupuestos sobre las distintas alternativas. ¿Es más caro un entierro o una incineración? ¿Qué debo contratar para un entierro "digno" pero sin lujos?
Según comprobó OCU en 2013, un sepelio discreto cuesta de media unos 3.500 euros... pero este es un dato dificil de conseguir, pues las funerarias dan una información escasa y poco clara.
Llegado el momento, el consumidor que tiene que contratar unos servicios funerarios se encuentra con pocas opciones de elección, bien porque apenas hay competencia (así sucede en algunas ciudades todavía), bien porque no tiene información para poder comparar.
Parte de los gastos son de las empresas funerarias, que se encarga de servicios como el féretro, la preparación del cuerpo, el coche fúnebre, las flores... y también las esquelas, recordatorios o coches de acompañantes que son costumbre en algunas ciudades.
En cambio, el precio del cementerio y, en ocasiones, el del tanatorio suelen responder a tasas municipales o de alguna entidad ajena, y también engrosasn mucho la cuenta.
La cremación apenas es algo más económica: los precios de este servicio también varían mucho según la ciudad, y suele tener relación con el coste de su alternativa, la inhumación. Con los datos de la encuesta de OCU tenía un precio medio de 657 euros. En algunos casos, las empresas funerarias facilitan un féretro más económico si se opta por la incineración.
La liberalización del sector de las funerarias, con la supresión de los monopolios municipales arrancó hace veinte años, en 1996: desde entonces, en muchos lugares junto a los servicios funerarios municipales se han ido instalando nuevas empresas privadas que ofertan sus servicios, pero no en todos los sitios es así. Sin embargo, en las ciudades donde hay más competencia los precios del servicio son también más ajustados.
Un estudio realizado por OCU hace un par de años revelaba que:
Con un seguro de decesos, el fallecido se asegura de que los gastos de los servicios funerarios quedan cubiertos (aunque algunos sólo cubren un porcentaje). Más de la mitad de los españoles contratan este tipo de seguros, más pensando en la tranquilidad que da no tener que ocuparse de esos asuntos en el momento en que sucede el fallecimiento de un ser querido.
Estudios de OCU han revelado que los familiares de los fallecidos valoran bien este tipo de seguro, precisamente porque resulta muy cómodo.
Sin embargo, con la calculadora en la mano, este tipo de pólizas no son recomendables para los consumidores, pues el valor acumulado de las primas pagadas muchas veces supera el coste real del sepelio. Echando cuentas, valorando precio de este seguro y la esperanza de vida, normalmente pagarán en primas más dinero del que han asegurado. Incluso con una compañía barata, si contrata el seguro a los 65 años y fallece a los 85 años, habrá pagado más de 3.000 euros por encima del capital asegurado. Si no quieres dejar ese gasto a tus familiares, una opción es ahorrar un dinero para ese fin.
En caso de tener un seguro de decesos, valora si te conviene cancelarlo, algo que dependerá de tu edad, de cuántos años hace que lo contrataste y de la modalidad de prima que tengas contratada.