Se cumple un mes desde que el servicio municipal de bomberos incrementara su plantilla en 11 nuevos miembros del equipo. Con ello, suman un total de 98 efectivos, aunque dista mucho de la plantilla que debiera tener Burgos. 118 sería lo ideal, señala el jefe de bomberos, Miguel Ángel Extremo.
"Poco a poco se va completando", indica, pero nuevas jubilaciones están a la vuelta de la esquina. Por ello, desde el uno de agosto 11 bomberos base se incorporaron y se repartieron por los diferentes turnos, trabajando en las intervenciones pero aún con cierta dependencia.
El balance de este mes es muy positivo para el equipo, y es que les ha desahogado de la carga de trabajo que sufrían para suplir los huecos en el servicio.
Sin embargo, debido a que el grueso de la plantilla se unió en los 80, es necesario sacar nuevas plazas para cubrir las vacantes. Al respecto, Extremo advierte de que no se trata únicamente de bomberos base, también de cabos, sargentos, conductores o del departamento de prevención.
Por ello, espera que se convoquen pronto nuevas oposiciones para el Cuerpo. Unas pruebas complejas y que requieren de mucha preparación, pero "para ser bombero de Burgos tienes que ser el mejor", apunta.
Al respecto, en la pasada convocatoria quedaron 3 plazas desiertas por falta de aprobados.
Todo apunta a que las jubilaciones sucederán una tras otra, y "recuperarla va a costar". Debido, además, a los altos cargos que dejarán su plaza libre, el jefe de bomberos apunta a la necesidad de llevar a cabo una promoción interna.
En otro orden de cosas, con respecto a los medios materiales, también mejora poco a poco la situación. Cuentan recientemente con un camión forestal nuevo, una bomba urbana y dos vehículos ligeros, además están a la espera de un taller y una nodriza pesada de 12.000 litros. Así como de la próxima adquisición de una segunda autoescala.