Este es el relato de una madre que acudió con su hija pequeña este fin de semana a urgencias en el HUBU y la odisea que tuvo que pasar al estar el parking cerrado.
Quiero trasladar la situación que he vivido hoy en el Hospital Universitario de Burgos. Una de mis hijas tiene migrañas muy intensas desde hace tiempo y hoy los síntomas que acompañaban su dolor de cabeza nos han llevado a tomar la decisión de llevarla a Urgencias. Con muy pocas horas de sueño y con la niña llorando por la intensidad del dolor, me dirigía al parking de Urgencias y cuál es mi sorpresa cuando veo que está cerrado (por cierto: ningún cartel al respecto o al menos yo, no lo he visto). He ido directa a la zona de acceso. Ahí es donde me he percatado que el parking está inhabilitado. No me ha quedado otra que maniobrar para salir con la dificultad añadida de que el único sitio para salir (sin sudar la gota gorda) estaba obstaculizado por un conductor que, para más inri, me daba indicaciones sobre cómo hacer mejor la maniobra (váyase Ud. a paseo).
Nerviosa, me he dirigido al parking de Rehabilitación al ser el más cercano a la puerta de Urgencias. He cogido la tarjeta (por cierto, ahora se llama "abono") y he aparcado.
A las 11.58h. entrábamos mi hija y yo en Urgencias. Tras las pruebas e indicaciones pertinentes, a las 14h. aproximadamente salíamos de allí. Cuando he ido a pagar, en la máquina ponía un cartel que, para abonar el estacionamiento, debía dirigirme al parking norte (es decir, al parking de las consultas). La niña hecha polvo en el coche y con su madre como una loca recorriendo el perímetro de Urgencias con el único objetivo de encontrar otra forma de abonar el parking.
Decido preguntar a unos chicos muy amables uniformados que hay en la puerta y me dicen... "Señora, nosotros somos los del helicóptero", pues nada, feliz trasplante (he pensado yo). He vuelto a entrar en Admisión y me dice la persona que está tras el otro lado del ¿metacrilato? que sí, que efectivamente tengo que ir a pagar al otro parking (insisto: la niña hecha polvo en el coche) y que tampoco le parece bien, que saque un rato el lunes y ponga un reclamación ¿¿??
Cuando me disponía a salir, veo en el parking de rehabilitación a un hombre conduciendo un coche del Sacyl, le paro como si no hubiera un mañana y le pregunto si no hay otra forma de salir de allí. Me dice que llame por el interfono y que hable con la gente que está en el parking para exponerles la situación y que me dejen acercarme con el coche al otro parking y así poder pagar. De esta forma, no hago caminar a la niña que vuelve a estar echa un trapo. La idea me parece estupendo. Sin embargo, a continuación ya no hay risas. Tampoco bromas ni ironías porque el cabreo que tengo es monumental.
Traslado la conversación que he tenido con los trabajadores de la concesionaria del aparcamiento del hospital:
- YO: Hola, buenas tardes, mire estoy en el parking de rehabilitación y creo que para pagar tengo que ir al parking de las consultas. El caso es que mi hija se encuentra bastante mal, acabamos de salir de Urgencias, por si es posible que me abran y así me acerco con el coche, pago y no hago salir a la niña de aquí. No había visto que lo tengo que ir a pagar al otro parking.
- VOZ FEMENINA: Hola, pues sí, lo tiene usted puesto en el cartel.
- YO: ¿En qué cartel?
- En los DOS que hay en la entrada
Echo la vista hacia atrás y sí, efectivamente ahí están, en tamaño cuartilla. Los DOS carteles (pongo DOS en mayúsculas ya que la señora que me ha contestado por el interfono se ha encargado de enfatizarlo).
- YO:¡Ah! es verdad, no me había dado cuenta, disculpe. Como venía con la niña mala ni lo he visto. He tenido que hacer todo tipo de maniobras para salir del parking de Urgencias y he venido rápida y directa a este otro parking y con los nervios...
- VOZ MASCULINA: Pues acerque usted el coche y le abrimos.
- YO: Genial, gracias.
- VOZ FEMENINA: Sí, pero no se acostumbre. Es más para que no se convierta en reincidente, la voy a tomar su nombre y apellidos para que no nos lo vuelva a hacer.
- YO: Hombre... espero no volver muchos días con la niña enferma a Urgencias (risas de nervios)
- VOZ FEMENINA: Nunca se sabe, a lo mejor es la forma que tiene Ud. de no pagar, le cogeré los datos. Tomaré su nombre y apellidos.
- YO: Hasta los mismísimos. Agotada, preocupada por mi hija y peleando por un interfono con una tipa que no conozco imponiendo una autoridad absurda por un ¿¿¿Ticket de aparcamiento de 5,55 euros???. Hasta luego maja. Me he largado.
Le he dicho a mi hija que se metiera en el coche y que me esperara allí. He ido rápidamente a pagar los 5,55 euros del parking. He vuelvo. He comprobado el nivel de palidez de mi hija y nuevamente he llamado por el interfono para agradecer a la trabajadora su empatía, solidaridad, para decirle ¡gracias! por tratarme como una delincuente y para anunciarle que voy a poner una reclamación, tanto en el HUBU como el propio parking. Tengo poco tiempo en mi día a día pero lo voy a sacar porque tratos vejatorios, ni uno (ni DOS, como el cartel que pone a la entrada).
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