MOVILIDAD

Andando Burgos suspende al Ayuntamiento en su gestión de la movilidad

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Desde la asociación han aprovechado la Semana Europea de la Movilidad para dar a conocer su impresión de cómo va la movilidad en Burgos, en qué punto estamos y hacia dónde deberíamos dirigirnos.

Redacción BurgosNoticias 
15/09/2021 - 19:05h.

Así lo transmiten en este comunicado:

En términos generales la movilidad en Burgos va regular, aunque progresando, eso sí, muy lentamente y con traspiés y vaivenes. Es decir, salvo proyectos heredados y otros errores de los que algo diremos en este escrito, el Ayuntamiento marcha en la buena dirección, si bien trabaja de manera desmadejada cuando no discordante y sin objetivos enérgicos.

La coordinación municipal no es adecuada en materia de movilidad.

No se ha logrado la suficiente coherencia interna y hay grandes diferencias entre unas y otras propuestas, proyectos y actuaciones, que provienen de Vías Públicas y Conservación, de Urbanismo e Infraestructuras, del Servicio Municipalizado de Movilidad, Accesibilidad y Transporte Público o de Seguridad Ciudadana. En todo caso, aparte de los compartimentos estancos del Ayuntamiento, no puede hablarse de una estrategia de movilidad urbana sostenible, sino a lo sumo de una actuación fragmentada e incluso improvisada, con una visión de la movilidad sostenible más o menos bien encaminada pero no siempre bien enfocada y a veces contradictoria.

Solo así pueden entenderse algunos proyectos de los que se ha hablado bastante porque no han sido bien pensados ni bien diseñados, como por ejemplo la desastrosa infraestructura ciclista implantada en la avenida de la Paz, San Lesmes, Gran Teatro y Doctor Fleming. Otros proyectos, como los de la calle Vitoria, aun mostrando bondades evidentes, no son proyectos redondos, sino que ofrecen dudas, sobre todo en su relación con el resto de la ciudad, buena muestra de una planificación insuficiente y fraccionada.

Algo similar ha ocurrido con el ensanchamiento del paso de peatones del Puente de Santa María, que favorece sin duda el movimiento de los viandantes, pero que es a todas luces insuficiente porque nada tiene que ver con nuestra reivindicación: los itinerarios directos de los peatones, que implica un diseño diferencial derivado de su priorización frente a los automóviles. Ha habido también ocurrencias ridículas o contra todo el conocimiento acumulado en materia de movilidad, como la de reservar plazas de estacionamiento en torno a los centros escolares.

Por lo que respecta al trabajo bien hecho, puede empezarse por el nuevo mapa de líneas de los autobuses urbanos.

En materia de proyectos destaca uno reciente: el paso peatonal para el Camino de Santiago en la Avenida de Cantabria, que veníamos demandando desde 2019, también cumplimentando el criterio de los itinerarios directos para los peatones. Del mismo modo es un trabajo adecuado la modificación de la Ordenanza de Movilidad (sobre todo en lo referente a zonas peatonales y calles peatonales), a la que, sin embargo, hemos hecho alegaciones para su mejora. Del mismo modo, la creación del Consejo Sectorial de Movilidad debe ser saludada: es un acierto en materia de participación y una necesidad para el concierto de un pacto por la nueva cultura de la movilidad, aunque el pleno del consejo haya sido sobredimensionado.

En cuanto a los asuntos pendientes, el más importante es el Plan de Movilidad Urbana Sostenible -PMUS-. Después de tres años no se ha avanzado prácticamente nada. No ha sido reconsiderada su estructura ni parte de sus contenidos, algo imprescindible para que tenga una lógica adecuada de sostenibilidad. Y echamos en falta algo capital, precisamente el capítulo más importante, el de Calmado del Tráfico. El PMUS es más importante que urgente: esperemos no ser defraudados con la presentación maquillada del PMUS de 2018 con algunas actualizaciones de datos e incorporaciones laterales.

Sigue pendiente también la Ordenanza de Terrazas. Las circunstancias actuales de pandemia y la necesidad de favorecer a la hostelería han llevado a disponer más terrazas y bastante más extensas, en detrimento de la peatonalidad. Los itinerarios peatonales en aceras y zonas peatonales se han visto muy constreñidos y dificultados. Debe entenderse, pues, que esta situación es transitoria y que ha de acotarse y controlarse la ocupación del espacio público por los usos privados. El proyecto de ordenanza anterior a la pandemia debe ser recuperado en la idea de limitación de las terrazas por criterios que velen por el pasar y el estar de los peatones como criterio superior al interés comercial.

También es un asunto pendiente la "Ordenación de las Zonas de Bajas Emisiones", que no debe ser resuelta con ligereza (como por ejemplo delimitar solo una zona de bajas emisiones: el casco histórico) y que guarda relación tanto con el PMUS como con el pendiente e ineludible "Plan de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático", a su vez relacionado con otros instrumentos probablemente necesarios como un plan de acción de calidad del aire y contra la contaminación atmosférica o como un plan de acción contra el ruido. Todos ellos tienen mucho que ver con la movilidad sostenible, la peatonalidad, la calidad de vida y la salud pública.

Para concluir, hemos de decir que la Semana Europea de la Movilidad -SEM- debería ser mucho más valorada por las autoridades. Sin presupuesto ni apenas programación conforme con la importancia del evento, la SEM en Burgos pasará de nuevo sin pena ni gloria. El lema elegido para este año es "Por tu salud, muévete de forma sostenible". Es incuestionable que la salud pública debe incorporarse a las políticas urbanísticas y de movilidad, entre otras. La ciudad sana requiere una movilidad sostenible, saludable y segura. Trabajemos por ello.

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