El Castillo de Ampudia, cuando la iniciativa privada devuelve el rico patrimonio militar

De arquitectura gótica, presenta una planta trapezoidal que cuenta con tres torres cuadradas en las esquinas (la cuarta torre se derrumbó debido a que las bodegas que había al lado del castillo, horadaron sus cimientos), la mayor de las cuales se corresponde con la llamada torre del homenaje. Presenta una fachada de elegante aspecto, distribuida simétricamente y ornamentada con bellas escaraguaitas de traza flamenca y un escudo del Duque de Lerma.

Como nota curiosa, podemos decir que en este castillo, se firmó el documento por el cual se produjo el cambio de capitalidad de Valladolid a Madrid.

Entre el siglo XV y primeras décadas del siglo XVI, existe un tipo de castillo denominado señorial castellano. Este tipo de fortaleza surge como resultado de las circunstancias históricas del periodo. Es en esta categoría en la que cabe encuadrar al Castillo de Ampudia (Palencia).

 

Hasta mediados del s.XIV Ampudia aparece generalmente como lugar de la realeza, con excepción de ciertos periodos en que algún soberano cedía la villa a eventuales señores.

 

Un acontecimiento que pone de manifiesto el carácter de lugar fortificado es el hecho de que sirviese de refugio, en el verano de 1297, a Juan Núñez de Lara, acosado por las tropas leales a la reina María de Molina regente durante la minoría de su hijo Fernando y defensora de los derechos de éste frente a los partidarios de los Infantes de la Cerda.

A comienzos del siglo XIV la villa aparece vinculada a los señores de Meneses lo cual estaría relacionado con la posesión de la villa por Juan Alfonso de Aburquerque casado con Isabel de Meneses.

El que fuera obispo de Palencia entre 1397 y 1415, Don Sancho de Rojas, aparece como poseedor de Ampudia en los primeros años del s.XV. Posteriormente, el rey Juan II hace donación de las villas de Ampudia y Villacidaler a favor de Pedro García de Herrera, casado posteriormente con María de Ayala, estando ambos enterrados en la Iglesia de San Miguel de Ampudia. Este periodo correspondería con el de la construcción del actual castillo como se pone de manifiesto por los rasgos tipológicos del mismo así como por ciertas evidencias documentales.

Los castillos es una de las categorías de arquitectura militar que peor paradas han resultado. El resultado son varios edificios ya inexistentes o de los que apenas unos vestigios.

 

El Castillo de Ampudia no fue ajeno a este proceso, presentando al momento de ser adquirido por Eugenio Fontaneda un estado que no cabe calificarse sino de ruina.

 

El conjunto había perdido ya una de sus torres, concretamente la que ocupaba el ángulo noroeste. Esta torre es visible en antiguas fotografías de finales del siglo XIX y su derrumbamiento fue debido a los movimientos del terreno realizados en torno al castillo con el fin de horadar bodegas subterráneas donde producir el vino.

Entrado el siglo XX, este fue expoliado de todo elemento de madera, no conservando resto alguno de puerta, ventana, ni viga, si exceptuamos las cabezas  de estas que permanecían en sus mechinales serradas a ras del muro.

En cuanto a la estructura del castillo, únicamente la solidez de sus gruesos muros permitió que estos se conservasen en pie desafiando al tiempo desprovistos de toda protección frente a la lluvia y amenazados por las grietas. La parte más deteriorada de las levantadas en piedra de sillería era la doble galería que enmarcaba el patio de armas pues toda ella se había vencido hacia el patio conformando así un enorme e incompleto rompecabezas.

La adquisición por parte de Eugenio Fontaneda va a suponer un giro radical en la trayectoria de un edificio abocado a la ruina absoluta. Lo que hace que este ejemplo de restauración tenga un interés especial para el conocimiento histórico de la recuperación de edificios.

 

Eugenio Fontaneda fue persona de gran interés hacia el conocimiento de la historia y un excelente intérprete de sus vestigios materiales, destacado coleccionista de arte y antigüedades el contacto con las piezas le llevó a acumular una basta cultura artística. Son estos conocimientos los que aplicó en la restauración del Castillo de Ampudia para lo cual procedió a un estudio sistemático del edificio a fin de obtener la mejor comprensión del mismo.

 

El criterio rector aplicado fue de mínima intervención, tratando de no inventar nada y para ello se limitó a seguir los dictados de la propia fortaleza. También fue importante un buen conocimiento de otros edificios similares de la zona.

Además, fruto de su labor coleccionista, el castillo alberga una gran y variada colección de antigüedades que se distribuyen en las diferentes salas: arqueología, arte sacro, artes populares, juguetes, armas, etnografía, etc.

El castillo de Ampudia presenta uno de los más soberbios ejemplos de garita tanto por la belleza de su traza como por la elegancia que aporta a los alzados del edificio. Presenta planta trapezoidal con torres en las esquinas, siendo la que ocupa el ángulo suroeste la que responde a la función de torre del Homenaje. Se trata de un destacado ejemplo de este tipo de edificaciones con sus más de 30 metros de altura.

El castillo señorial castellano, además de su carácter defensivo, presenta una destacada componente de carácter residencial, de la cual se deriva la presencia de un variado repertorio de elementos arquitectónicos con funciones domésticas, e incluso ornamentales, tales como: ventanales, galerías, salones con chimenea, yeserías...

Los recorridos secretos se desarrollan a lo largo de casi dos horas en las que es posible conocer la historia del castillo de Ampudia y apreciar la imponente colección de obras de arte que éste contiene. La visita guiada por especialistas en Historia del Arte permitirá apreciar la singularidad de este castillo señorial del S.XV en sus aspectos de castillo de defensa y de residencia palaciega.

Visita los secretos del Castillo de Ampudia

A la visita a la colección organizada en las salas que se abren en torno al patio se une en estos recorridos secretos la posibilidad de conocer otros ámbitos más propios de la vida privada del señor del castillo, espíritu cuyos actuales propietarios han recuperado en las estancias que actualmente habitan y que se abren excepcionalmente para estos recorridos secretos.

Esta visita incluye por tanto el acceso a la Torre del Homenaje y sus mazmorras, Salón del Mediodía, Sala de Carlos V, Salón del Trono, adarves, biblioteca y otras estancias privadas.

Del 1 de marzo al 31 de octubre: Martes a sábado: 12:00, 13:00. 17:00 y 18:00 horas. Domingos: 12:00 y 13:00 horas. Del 1 de noviembre al 28 de febrero: Viernes y sábados: 12:00, 13:00, 17:00 y 18:00 horas.  Domingos: 12:00 y 13:00 horas.

El aforo máximo por visita a la Colección es de 50 personas. Aforo máximo por recorrido secreto es de 15 personas.

Tarifas: Precio por persona en visita individual: 4,00 €. Entrada niños de 5 a 7 años: 2,00€. Precio por persona en visita de grupo: 3,50 €. Precio tarjeta de Amigos del Patrimonio: 1,00€

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