EVOLUCIÓN

Hallados restos humanos del Paleolítico superior en el yacimiento de Cova Gran de Santa Linya

yacimiento humano

Científicos del CENIEH participan en el descubrimiento de Linya, una mujer Homo sapiens que vivió hace 14.000 años en el nordeste de la península ibérica, como indica la datación por Carbono 14 de los sedimentos del receptáculo natural donde se depositaron sus restos

Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) participan en el descubrimiento, en el yacimiento de la Cova Gran de Santa Linya (La Noguera, Lleida), de los restos de una mujer atribuidos a Homo sapiens, que vivió en el en el nordeste de la península ibérica a finales del Paleolítico superior, hace unos 14.000 años, como indica la datación por Carbono 14 de los sedimentos del receptáculo natural donde se depositaron sus restos.

La Cova Gran preserva innumerables vestigios enterrados en los sedimentos que la conforman, que permiten reconstruir la historia de los últimos 50.000 años de las poblaciones que vivieron en el Prepirineo de Lleida, desde los neandertales y los primeros Homo sapiens hasta los primeros agricultores y ganaderos.

El equipo de investigadores del Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico de la Universitat Autònoma de Barcelona (CEPARQ-UAB) y del CENIEH, que estudia la Cova Gran desde su descubrimiento en el año 2002, había hallado registros materiales de entre 45.000 y 4.000 años de antigüedad. Pero, no se ha localizado nunca ningún resto óseo de los individuos que la habitaron hasta la campaña de excavación de 2020.

“Recuperamos restos óseos que sin duda pertenecían a un esqueleto humano, en conexión anatómica parcial, a dos metros bajo el suelo de una zona lateral de la excavación. Una localización que no presagiaba la aparición de este tipo de restos”, explica el investigador del CENIEH Alfonso Benito Calvo.

La primera caracterización paleoantropológica del conjunto de los restos recuperados, que se han dado a conocer esta semana, indica que la cintura pélvica corresponde a una mujer adulta, posiblemente de pequeño tamaño, que ha sido denominada “Linya, la mujer de La Noguera”. Los restos además incluyen dos fémures, uno de ellos conectado a la pelvis, así como huesos largos de las extremidades superiores (húmero, radio/cúbito) e inferiores (tibia y peroné), metápodos y falanges dispersas. El cráneo y el esqueleto axial (vértebras y costillas), aunque presentes, están poco representados.

Tratamiento mortuorio

Linya ha sido encontrada en un espacio considerado un receptáculo natural, formado por varios bloques de grandes dimensiones desprendidos de la visera del abrigo. En este espacio se depositó su cuerpo completo que, a partir de la disposición de los fémures, reposó directamente sobre el suelo en posición decúbito supino.

Actualmente, el equipo de investigación estudia posibles elementos de ajuar funerario, práctica habitual en los entierros de Homo sapiens. El sedimento del espacio delimitado por los bloques se está muestreando para comprender los procesos a los que estuvo sometido el cuerpo y recuperar microrresiduos que puedan indicar si el cadáver estaba cubierto con pieles o fibras vegetales, que justificarían la intención de depositar el cuerpo sin que fuera necesario excavar un espacio funerario.

El tratamiento mortuorio entre los cazadores-recolectores señala varias posibilidades, que oscilan entre un entierro intencional, un entierro secundario, una aportación parcial del cuerpo, canibalismo o muerte accidental. “Estos escenarios se evaluarán en función de los resultados que proporcione la excavación del espacio en el que han aparecido los restos”, señala Alfonso Benito Calvo.

Un yacimiento clave

El yacimiento de Cova Gran de Santa Linya está considerado clave para el estudio de la presencia humana en el nordeste de la península ibérica. Con más de más de 2.500 m2, es uno de los pocos yacimientos de la región mediterránea en el que se han identificado vestigios de momentos de “transición”, como el de los últimos neandertales (hacia 45.000 años) y la aparición de los primeros humanos modernos (entre 37.000 y 30.000 años), la pervivencia de estos durante el Último Máximo Glaciar (entre 20.000 y 15.000 años) y la aparición de los primeros agricultores y ganaderos (entre 7.000 y 4.000 años).

“Los restos prehistóricos de humanos modernos en la península ibérica son muy escasos. El estudio de Linya permitirá profundizar en el conocimiento sobre cómo eran y cómo vivieron los cazadores-recolectores del nordeste peninsular”, afirma Alfonso Benito Calvo.

Las investigaciones en Cova Gran cuentan con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación, el Servicio de Arqueología y Paleontología y el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya, el Institut d’Estudis Ilerdencs de la Diputación de Lleida, la Fundación Palarq, la Leakey Foundation y el Ayuntamiento de Les Avellanes i Santa Linya.

Redacción BurgosNoticias 
06/08/2021 - 18:39h.

Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) participan en el descubrimiento, en el yacimiento de la Cova Gran de Santa Linya (La Noguera, Lleida), de los restos de una mujer atribuidos a Homo sapiens, que vivió en el en el nordeste de la península ibérica a finales del Paleolítico superior, hace unos 14.000 años, como indica la datación por Carbono 14 de los sedimentos del receptáculo natural donde se depositaron sus restos.

La Cova Gran preserva innumerables vestigios enterrados en los sedimentos que la conforman, que permiten reconstruir la historia de los últimos 50.000 años de las poblaciones que vivieron en el Prepirineo de Lleida, desde los neandertales y los primeros Homo sapiens hasta los primeros agricultores y ganaderos.

El equipo de investigadores del Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico de la Universitat Autònoma de Barcelona (CEPARQ-UAB) y del CENIEH, que estudia la Cova Gran desde su descubrimiento en el año 2002, había hallado registros materiales de entre 45.000 y 4.000 años de antigüedad. Pero, no se ha localizado nunca ningún resto óseo de los individuos que la habitaron hasta la campaña de excavación de 2020.

"Recuperamos restos óseos que sin duda pertenecían a un esqueleto humano, en conexión anatómica parcial, a dos metros bajo el suelo de una zona lateral de la excavación. Una localización que no presagiaba la aparición de este tipo de restos", explica el investigador del CENIEH Alfonso Benito Calvo.

La primera caracterización paleoantropológica del conjunto de los restos recuperados, que se han dado a conocer esta semana, indica que la cintura pélvica corresponde a una mujer adulta, posiblemente de pequeño tamaño, que ha sido denominada "Linya, la mujer de La Noguera". Los restos además incluyen dos fémures, uno de ellos conectado a la pelvis, así como huesos largos de las extremidades superiores (húmero, radio/cúbito) e inferiores (tibia y peroné), metápodos y falanges dispersas. El cráneo y el esqueleto axial (vértebras y costillas), aunque presentes, están poco representados.

Tratamiento mortuorio

Linya ha sido encontrada en un espacio considerado un receptáculo natural, formado por varios bloques de grandes dimensiones desprendidos de la visera del abrigo. En este espacio se depositó su cuerpo completo que, a partir de la disposición de los fémures, reposó directamente sobre el suelo en posición decúbito supino.

Actualmente, el equipo de investigación estudia posibles elementos de ajuar funerario, práctica habitual en los entierros de Homo sapiens. El sedimento del espacio delimitado por los bloques se está muestreando para comprender los procesos a los que estuvo sometido el cuerpo y recuperar microrresiduos que puedan indicar si el cadáver estaba cubierto con pieles o fibras vegetales, que justificarían la intención de depositar el cuerpo sin que fuera necesario excavar un espacio funerario.

El tratamiento mortuorio entre los cazadores-recolectores señala varias posibilidades, que oscilan entre un entierro intencional, un entierro secundario, una aportación parcial del cuerpo, canibalismo o muerte accidental. "Estos escenarios se evaluarán en función de los resultados que proporcione la excavación del espacio en el que han aparecido los restos", señala Alfonso Benito Calvo.

Un yacimiento clave

El yacimiento de Cova Gran de Santa Linya está considerado clave para el estudio de la presencia humana en el nordeste de la península ibérica. Con más de más de 2.500 m2, es uno de los pocos yacimientos de la región mediterránea en el que se han identificado vestigios de momentos de "transición", como el de los últimos neandertales (hacia 45.000 años) y la aparición de los primeros humanos modernos (entre 37.000 y 30.000 años), la pervivencia de estos durante el Último Máximo Glaciar (entre 20.000 y 15.000 años) y la aparición de los primeros agricultores y ganaderos (entre 7.000 y 4.000 años).

"Los restos prehistóricos de humanos modernos en la península ibérica son muy escasos. El estudio de Linya permitirá profundizar en el conocimiento sobre cómo eran y cómo vivieron los cazadores-recolectores del nordeste peninsular", afirma Alfonso Benito Calvo.

Las investigaciones en Cova Gran cuentan con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación, el Servicio de Arqueología y Paleontología y el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya, el Institut d'Estudis Ilerdencs de la Diputación de Lleida, la Fundación Palarq, la Leakey Foundation y el Ayuntamiento de Les Avellanes i Santa Linya.

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