CIENCIA

Los sesgos de la inteligencia artificial pueden pasar a las personas

inteligencia
El estudio revela que las personas pueden heredar los sesgos de la inteligencia artificial. /Unreal

Es conocido que los algoritmos a menudo reflejan los errores y prejuicios de sus creadores, pero también puede ocurrir lo contrario: que personas aconsejadas por una IA sesgada adapten sus decisiones a lo que recomienda el agente artificial, incluso cuando ya no cuentan con su asistencia. Así lo revelan experimentos realizados en la Universidad de Deusto.

Redacción BurgosNoticias 
07/10/2023 - 19:34h.

Una investigación llevada a cabo por las psicólogas Lucía Vicente y Helena Matute de la Universidad de Deusto, en Bilbao, evidencia que las personas podemos heredar sesgos de la inteligencia artificial (IA). El estudio se publica en la revista de acceso abierto Scientific Reports.

Los impresionantes resultados logrados por esta nueva tecnologías reflejan su alta fiabilidad y se han hecho muy populares. Sin embargo, los algoritmos de la IA también pueden estar sesgados, cometer errores sistemáticos.

Estos programas son entrenados con datos que son producto de decisiones humanas, y si contienen sesgos, los modelos de inteligencia artificial pueden aprenderlos y reproducirlos. De hecho, existen ya numerosas pruebas de que, efectivamente, esta hereda y amplifica los sesgos humanos.

Esa situación era conocida, pero ahora el nuevo estudio muestra que también puede ocurrir el efecto contrario: las personas podríamos heredar sesgos de la IA, con lo que corremos el riesgo de entrar en un bucle bastante peligroso.

Para realizar su investigación, las autoras plantearon una serie de experimentos donde los voluntarios tenían que realizar una tarea de diagnóstico médico mediante una matriz con celdas de dos colores, oscuro y claro, con la que se simulaban muestras de tejidos humanos extraídas a pacientes afectados por un síndrome ficticio.

Positivo o negativo a la enfermedad

Así crearon un criterio de clasificación, de forma que, a mayor proporción de celdas oscuras, significaba que la muestra de tejido estaba afectada por la enfermedad, era un positivo; mientras que, si había una mayor proporción de células claras, era un negativo. Los participantes debían elegir entre esas dos opciones.

La mitad de los voluntarios constituyeron un grupo de control que no contó con ninguna asistencia de la IA. Por su parte, la otra mitad realizó la tarea con las recomendaciones de una inteligencia artificial con un error sistemático. Siempre se equivocaba para una muestra de tejido con una configuración de colores particular: 40 % de células oscuras y 60 % de células claras.

Para estas imágenes, la recomendación del agente artificial contradecía el criterio de clasificación, indicando que era positivo cuando, atendiendo a las proporciones de los dos colores, sería clasificada como negativo.

"Los participantes reprodujeron este error sistemático de la IA, aunque era muy sencillo discriminar las imágenes, como demostró el grupo control, que no tenía asistencia de esa inteligencia artificial sesgada y apenas cometía errores en la tarea", explican a SINC Lucía Vicente y Helena Matute.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

--- patrocinados ---
Deja tu comentario
publicidad
publicidad


publicidad