Guillermo Pérez-Toril Villanueva (Burgos, 2001) estudia el Doble Grado de Ingeniería Mecánica e Ingeniería del Automóvil en Madrid, y a punto de terminar los dos TFG -uno por cada carrera-, está en Faenza como diseñador de la escudería de Fórmula 1 AlphaTauri
Hizo el Erasmus en Italia y habla perfectamente italiano, y dice que fue una gran facilidad y un factor determinante a la hora de ser seleccionado para el programa.
Gracias a AlphaTauri y a su programa de promoción de talento, contratan para trabajar y hacer prácticas en la escudería a graduados y estudiantes que están a punto de terminar la carrera, como en su caso.
Lleva poco más de un mes como ingeniero de la escudería italiana, y según lo previsto, terminará la temporada y se pondrán a trabajar en el coche de la que viene, por lo que estará aproximadamente un año trabajando en el equipo.
Pérez-Toril ha explicado que cuando uno se mete en ingeniería de F1 lo hace con una visión a largo plazo, pues la escudería trabaja en un concepto de coche que va a desarrollar durante varios años, aunque cada año se hace un coche prácticamente nuevo. Ha revelado que aunque pueda parecer que un año es poco tiempo, se trata de más de veinte carreras donde son muchas las actualizaciones las que se llevan a cabo. "En una temporada se pueden ver coches, dentro de una misma escudería, totalmente diferentes a cómo estaban diseñados al principio".
Como ingeniero, Guillermo trabaja en la fábrica, aunque también disfruta de las carreras. Ha detallado que, en algunos casos, las personas encargadas de cambiar las ruedas son ingenieros, además de mecánicos, "magníficos en eso que hacen" y que llevan mucho tiempo trabajando en la escudería, incluso años antes que los primeros. Pérez-Toril trabaja en el departamento de diseño mecánico, donde hacen piezas que se van a fabricar y montar en el coche. Concretamente, su grupo trabaja en la gestión del cambio, de la caja de cambios, del escape, de hidráulica y de equipamiento.
"En AlphaTauri hay cientos de ingenieros trabajando en la escudería para crear un coche cuya duración va a ser de un año", un hecho del que no era consciente hasta que comenzó a trabajar con ellos, ha expresado. Si bien su uso es limitado, los coches se guardan en el almacén, esperando a ser vendidos al mejor postor, a ser objeto de estudio para las generaciones venideras de ingenieros o a ser expuestos en alguna sala automovilística o museo.
Aunque la inversión para la producción del coche es gigantesca –más de 100 millones de euros por temporada-, Guillermo ha manifestado que la cuantía se liquida con los patrocinadores. "Para eso se creó la Fórmula 1".
El burgalés ha querido comentar el mundial que están haciendo Carlos Sainz y Fernando Alonso: "Les veo con muy buenos ojos, a Alonso no le puedo echar nada en cara". Ha opinado que es uno de los mejores pilotos de la parrilla –sino el mejor- de la historia. No obstante, cree con convicción que el neerlandés Max Verstappen será el piloto que se lleve el mundial. "Hace tiempo que dejé de hacer porras contando el primero; partía del segundo". Tanto los coches como los pilotos son muy buenos, ha declarado, "estamos hablando de décimas de segundo", por lo que no se puede juzgar si los que terminan subiendo al podio lo consiguen por sus habilidades como piloto o por la ingeniería del coche. "Eso solo se puede comparar con tu compañero", ha valorado.
Guillermo estudió ingeniería para entrar en el mundo de la Fórmula 1, y agradece la suerte de haber hecho su sueño realidad al haberlo cumplido sin haber terminado siquiera la carrera. Su idea es continuar muchos años más en el universo, aunque "siempre quedará la Renault" –o cualquier otra firma-, esperando que las puertas siempre estén abiertas, "por lo que pueda pasar".