DESTINOS CASTILLA Y LEÓN

800 años de historia en la Universidad de Salamanca

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Foto: USAL

En este año 2018, la Universidad de Salamanca celebra su octavo centenario. Un camino que comenzó en 1218 con la constitución del "Studium Generale".

Redacción BurgosNoticias 
06/04/2018 - 12:53h.

La historia de la Universidad de Salamanca es también la de la enseñanza superior en castellano. Su título de 'alma mater' de las universidades iberoamericanas y decana de las españolas tiene como origen su creación, adquiriendo pronto un papel clave en el desarrollo de los estudios universitarios y del avance científico, pero también como lugar de debate y reflexión sobre aspectos tan importantes como la naturaleza del poder, el derecho de gentes y los conflictos internacionales, sin olvidar su papel como referente contemporáneo en la enseñanza del español.

Creada poco después de las de Oxford, París y Bolonia, la Universidad de Salamanca surgió del impulso de un rey, Alfonso IX de León, interesado en contar con un Estudio General donde formar a las élites de su reino.

Entre sus muros fue creciendo, al amparo de nuevos monarcas que la dotaron de cátedras estables (Medicina, Lógica, Gramática, Derecho canónico, Derecho civil y Música), estatutos, biblioteca y el resto de atributos de una universidad. En 1255 obtiene de Roma la validez universal de sus estudios, lo que la coloca como uno de los referentes de la enseñanza en Europa.

 

Foto: USAL
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Sus estatutos organizaron la vida académica y la gestión interna al estilo de Bolonia, con un estudiante como rector asesorado por otros ocho alumnos, estableciendo un control a través del claustro, en el que estaban representados los profesores. Para financiar tan importante iniciativa se le asignaron parte de los impuestos que gestionaba la iglesia.

 

Consolidada a lo largo de los siglos XIV y XV, la Universidad de Salamanca protagoniza la vida política del nuevo reino unificado de Castilla y Aragón, origen de España. Tal es así que ante varios profesores salmantinos Cristóbal Colón tuvo que defender los postulados científicos de su proyecto de viaje a las Indias, que desembocó en su primer viaje a América. Poco antes, también en esta universidad, uno de los profesores de Astronomía, el judío Abraham Zacut, había editado su Almanaque Perpetuo: un tratado que demostró su importancia en la época de la navegación intercontinental. Y el mismo año en el que la flota hispana alcanza el Nuevo Mundo, otro profesor salmantino, Antonio de Nebrija, publica la primera gramática del castellano.

El comienzo de la Edad Moderna coincide con una etapa de esplendor de la Universidad de Salamanca, que juega un papel determinante en los procesos de organización de los territorios americanos. Por una parte, formando a los funcionaros encargados de la gestión de la presencia española en lo que se llamó el Nuevo Mundo, pero también como modelo de las universidades que se fundan a partir del siglo XVI, que contaron con universitarios salmantinos para formar sus primeros claustros y que toman sus estatutos como base legal para su desarrollo.

Es en la primera mitad del XVI cuando destaca la figura del burgalés Francisco de Vitoria, fraile dominico formado en la Universidad de París cuyo trabajo resultó clave en la fundación de la Escuela de Salamanca, auténtico foco de conocimiento donde surgen los cimientos del Derecho Internacional, además de modernos planteamientos de estudio de la Economía que pronto se desarrollaron en todo el mundo occidental.

Y en la segunda mitad de esa centuria el protagonismo es para otro religioso, el agustino Fray Luis de León, que jugó un papel determinante en la creación literaria de su tiempo y que recuerda desde su estatua, ubicada en el recinto histórico de la Universidad, la eterna lucha entre el conocimiento y el fanatismo.

La Universidad crece y se expande, también por la propia ciudad de Salamanca, donde se construyen edificios grandiosos para albergar a los más de 2.500 alumnos que estudiaban en sus aulas. Las Escuelas Menores y el Hospital del Estudio (siglo XV) y las Escuelas Mayores (XVI), cuya fachada simbolizaría para siempre el papel de la Universidad de Salamanca en el tablero político internacional, en el que España jugaba un rol de liderazgo casi indiscutido. Del mismo modo cabe hacer mención a su espectacular biblioteca, decorada durante siglos por El Cielo de Salamanca, pintura mural de excepcional valor que puede admirarse ahora en el museo de la universidad.

 

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El siglo XIX sorprendió a la Universidad de Salamanca con reformas administrativas que coincidieron con un decaimiento general de la ciudad, de la que comenzó a recuperarse un siglo después, con la figura de Miguel de Unamuno como principal referente. A partir de mediados del XX experimentó un crecimiento sostenido en el que se vivió la creación de nuevas facultades, escuelas y centros de investigación, para alcanzar el siglo XXI con más de 30.000 estudiantes de grado y postgrado (de los que unos 4.000 proceden de otros países), más de 7.000 alumnos de español y 2.000 profesores repartidos entre cuatro ciudades y nueve campus.

 

Gracias a ello, y a su vinculación con la enseñanza y el estudio del español, ha sido una referencia para otras instituciones académicas de enseñanza superior en Iberoamérica.

Espacios

La Universidad de Salamanca se reparte en un centenar de edificios. Como parte de su patrimonio conviven construcciones del siglo XV con otras levantadas hace apenas unos años, representando el tránsito ininterrumpido de ochocientos de historia, desde la época medieval hasta ahora.

El conjunto reunido en torno a la calle Libreros es uno de los iconos de esta universidad en el que se encuentran referentes arquitectónicos de más de seis siglos. El Edificio de Escuelas Mayores, datado en el primer tercio del XV, fue el primer espacio de uso estrictamente académico con el que contó la Universidad, que hasta su puesta en marcha se instaló en la catedral y otros espacios religiosos. Antes de que Cristóbal Colón llegara a América ya se había levantado la primera biblioteca, en el espacio que ocupa actualmente la capilla, y en el siglo XVI el conjunto se remató con la imponente fachada en piedra arenisca que la corona, en la que aparecen representados los Reyes Católicos, Carlos V y distintos elementos mitológicos y fantásticos.

 

Foto: USAL
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La actual biblioteca, construida en el XVI y reconstruida en el XVII, está reconocida como una de las más bellas del mundo, además de albergar una notable colección de más de 2.000 manuscritos, incunables y más de 60.000 impresos del XVI al XIX.

 

En ese mismo entorno sobresalen el antiguo Hospital del Estudio (actual Rectorado) y el conjunto de las Escuelas Menores, que esconde una de las joyas de la Universidad: las pinturas murales de la bóveda celeste conocidas como El Cielo de Salamanca, de finales del XV.

Otros edificios repartidos por Salamanca dan cuenta del papel de la Universidad no solo en la ciudad, sino como referencia a escala internacional. Como ejemplo, el Colegio Arzobispo  Fonseca, de comienzos del XVI, heredero del que fue Colegio de Nobles Irlandeses, habilitado por Felipe II para los estudiantes de aquel país.

Construcciones notables asociadas a la proyección internacional del estudio salmantino son también el Centro Cultural Hispano Japonés, creado en 1999 e instalado en un hermoso edificio del siglo XV, y el Centro de Estudios Brasileños, fundado en 2001, que tiene como sede el Palacio de Maldonado, del XVII.

Completan el recorrido arquitectónico de la Universidad las instalaciones modernas, desde el Campus Unamuno, levantado a finales del siglo pasado y que alberga el grueso de las escuelas y facultades, a los centros de investigación como el Internacional del Cáncer y el Hispano Luso de Ciencias Agrarias, que se encuentra en el campus de Villamayor.

Que mejor oportunidad este año, el de su octavo centenario, para recorrer algunos de los muchos espacios de la Universidad salmantina que por si solos merecen una visita.

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