LA TRASTIENDA

Calma chicha con un ojo puesto en Andalucía

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"Mientras yo sea presidente de Castilla y León aquí no se cierra una gatera", proclamó con toda rotundidad, allá por los años noventa, el entonces titular de la Junta, Juan José Lucas. Lo hizo cuando el sector azucarero iniciaba un proceso de reestructuración industrial que amenazaba con cerrar más de la mitad de las plantas remolacheras ubicadas en la comunidad autónoma.

Pedro Vicente
06/09/2021 - 10:08h.

Y con el tiempo vimos tanto a Lucas como a su sucesor en el Colegio de la Asunción asistir impávidos al cierre, una tras otra, de una decena de esas remolacheras. Eran alrededor de 15 y al final sobrevivieron las cuatro actuales. En localidades como Veguellina de Órbigo (León), Monzón de Campos (Palencia) o Peñafiel (Valladolid), esperan aún los proyectos alternativos prometidos para paliar la pérdida de empleo aparejada a esos cierres.
Viene a cuento lo anterior de lo manifestado la pasada semana por el actual presidente, Alfonso Fernández Mañueco, a propósito de la asistencia sanitaria, y más en concreto del grave deterioro de la atención primaria. "Mientras yo sea presidente, no se cerrará ningún consultorio", ha proclamado. Una aseveración que ha causado el lógico estupor en cientos de poblaciones del medio rural, en los que sus respectivos consultorios llevan meses sin abrir sus puertas, muchos de ellos desde que sobrevino la pandemia. Naturalmente, la Junta no va a oficializar el cierre de ningún consultorio. No es que estén cerrados, es que no abren porque los profesionales sanitarios han dejado de prestar servicio en ellos. Y junto a ello el Sacyl mantiene a estas alturas el cribado telefónico de la atención presencial en los centros de Salud, rurales y urbanos, con el consiguiente deterioro de la calidad asistencial.

Un brindis "déjà vu".

Junto a esa tomadura de pelo de prometer que no cerrará lo que de facto ya está cerrado, el presidente de la Junta ha iniciado el curso con otro "déjàvu": ofrecer a la oposición un pacto sobre los Presupuestos de la Comunidad para 2022. El mismo brindis al sol realizado el pasado año, en el que dicha oferta tan solo encontró receptividad en el procurador de "Por Ávila", Pedro J. Pascual, el único que respaldó el primer Proyecto Presupuestario del gobierno bipartito PP-C´s (a cambio por cierto de unos compromisos de inversión que considera incumplidos).

De entonces a ahora la diferencia es que en el trance de la fallida moción de censura socialista el gobierno Mañueco se dejó la mayoría absoluta, momento a partir del cual necesita al menos un voto ajeno para sacar adelante no solo unos nuevos Presupuestos sino cualquier otra iniciativa Legislativa. (En realidad, lo de los Presupuestos tampoco es lo más problemático, toda vez que si ninguna minoría se presta al mercadeo, se prorrogan las cuentas y santas pascuas).

Mayor preocupación causa en el Colegio de la Asunción la comisión parlamentaria de investigación sobre la gestión del Covid en las residencias de ancianos, cuya puesta en marcha han retrasado filibusteramente PP y Ciudadanos a la espera de fusionarla con la que, en un intento de desviar el foco hacia el gobierno central, solicitaron ambos grupos una vez que no pudieron volver a vetar la promovida por la oposición.

La "levedad" de 350 nuevos fallecimientos

Devolver al primer plano de la actualidad la trágica situación vivida en las residencias de ancianos de Castilla y León, donde el Covid se ha cobrado 4.132 vidas -más de la mitad de ellas fallecidas en los propios centros residenciales- supone una gran contrariedad para el gobierno Mañueco, que viene afanándose en pasar cuanto antes la funesta  página política de la gestión sanitaria de la pandemia. Buena prueba de ello es la estremecedora forma en que ha valorado los efectos de esta quinta ola, que, a decir del vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, se ha salvado con "un leve aumento de la letalidad concentrado en las residencias de ancianos".

"La mortalidad evitable prácticamente no ha aumentado en la última ola", ha señalado con una frialdad pasmosa.
Lo cierto es que la quinta ola ha resultado en Castilla y León mucho más mortífera de lo que ha pretendido vendernos Igea. En julio fallecieron en los hospitales del Sacyl 70 enfermos ingresados por Covid, a los que se sumaron en agosto otros 200. Sumando a los anteriores los fallecidos en residencias o en sus propios domicilios, tenemos que la quinta ola se ha cobrado en nuestra comunidad más de 350 vidas durante estos dos últimos meses.

Y la vacunación no ha impedido, en efecto, que el virus haya vuelto a resultar letal en residencias como la de Dueñas (Palencia) y El Barraco (Ávila), en las que sendos brotes generalizados se han cobrado la vida de 9 y 8 residentes.
En lo político, Fernández Mañueco afronta el nuevo curso con la tranquilidad de tener garantizada su reelección como presidente del PP de Castilla y León en el próximo congreso autonómico del partido.

Una vez que Pablo Casado dio marcha atrás en su inicial propósito de moverle la silla, el enfrentamiento entre Génova y la dirección autonómica ha ido remitiendo y se ha limado en los diferentes congresos provinciales, en ninguno de los cuales la sangre ha llegado al río. (Salvado el cisma interno en Soria, tan solo falta cerrar otro apaño similar que cierre la guerra de bandos en Salamanca, donde a esta fecha sigue sin convocarse el congreso).

Desinflada una segunda moción

La posibilidad de que Luis Tudanca, quien también tiene garantizada su reelección al frente del PSOE de Castilla y León, presente una segunda moción de censura en el plazo de que dispondría para hacerlo -entre marzo y mayo- se contempla ahora como una posibilidad muy remota. Sería un peligroso bumerán para el candidato socialista si la iniciativa no cuenta de antemano con los 41 votos necesarios, lo que requiere como mínimo el apoyo de dos de los 11 procuradores de Ciudadanos, todos los cuales sin excepción viven confortablemente aferrados como lapas al PP. Y ello sin contar con que, llegado el caso, Mañueco podría desbaratar la operación activando el botón de las elecciones anticipadas.

Así las cosas, a la espera de que comience a llegar el maná de los fondos europeos de recuperación, la Junta seguirá contemporizando sin otro propósito que el del consabido parcheo coyuntural, sin afrontar ni por asomo los problemas endémicos que asolan sin remedio a Castilla y León, comenzando por la despoblación y la alarmante descohesión territorial, social y política. Y, por supuesto, sacudiéndose sus responsabilidades a base de endosar todos los males, pasados, presentes y futuros, al pérfido gobierno de Pedro Sánchez, que, según Mañueco, nos está escamoteando nada menos que otros mil millones de euros.

Pero todo ello sin perjuicio de que Vox tense más de lo admisible la gobernabilidad en Andalucía, Moreno Bonilla se harte y el día menos pensado disuelva el Parlamento para convocar elecciones autonómicas anticipadas. Si ello se produce, sería altamente probable que, previo visto bueno de Génova, Mañueco aprovechara la ocasión para subirse al mismo carro con el argumento de que no dispone de mayoría absoluta. Con el electorado de Ciudadanos completamente fagocitado, sabríamos cuantos naúfragos del partido zombi consiguen su objetivo de ser rescatados por el PP.

COSAS VEREDES

La alargada sombra de Maíllo

Aunque reside en Madrid, donde compatibiliza su escaño de senador por Zamora con su actividad privada como asesor del gabinete jurídico Fuster-Fabra, Fernando Martínez  Maíllo no ha perdido contacto ni con su provincia de origen, donde presidió durante años la Diputación y el PP, ni con el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, con el que le sigue manteniendo una estrecha relación. No en vano el apoyo de Maillo, entonces factótum en Génova, resultó determinante en la victoria de Mañueco en las primarias autonómicas para suceder a Juan Vicente Herrera al frente del PP de Castilla y León.

Tras la inopinada renuncia del salmantino Salvador Cruz, Maillo ha apadrinado la elección de la procuradora zamorana Leticia Sánchez como nueva portavoz adjunta del grupo popular en las Cortes. El que fuera número tres en el PP de Rajoy ya hizo lo propio con el nombramiento de Isabel Blanco como consejera de Familia.

El intocable Sánchez Galán

Sabido es que en plena escalada de la factura eléctrica Iberdrola ha aprovechado para exprimir al máximo la explotación hidroeléctrica de sus embalses, haciendo el agosto de facturar esos kilowatios varias veces por encima de su coste de producción, ello a costa de perjudicar otros aprovechamientos fluviales de las localidades ribereñas.

El abuso no es nuevo, pero nunca había sido tan extremo en embalses como el de Ricobayo, vaciado en pleno verano por la eléctrica hasta el 12 por ciento de su capacidad. Ante la indignación vecinal, la Junta se ha visto obligada a posicionarse, pero lo ha hecho exigiendo responsabilidades al ministerio para la Transición Ecológica y no a Iberdrola, responsable directa del desaguisado.

El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, se ha guardado mucho de censurar a la eléctrica, a la que no ha dedicado el menor reprochem sabedor de que su presidente, el paisano salmantino Ignacio Sánchez Galán, goza de especial bula en el Colegio de la Asunción.

La "bilocación" de Pablo Fernández

A falta del don divino atribuido a sor María Jesús de Agreda, el líder autonómico y ahora portavoz nacional de Podemos, Pablo Fernández, no tiene otro remedio que andar a caballo entre Madrid y Valladolid desde que fue elegido para el segundo de dichos cargos orgánicos, que a su vez alterna con el de portavoz parlamentario del grupo mixto de las Cortes, puesto de dedicación exclusiva retribuido con la misma cuantía asignada a los 6 integrantes de la Mesa de la Cámara.

A nadie se le oculta que el objetivo de Fernández es incorporarse por completo a la política nacional, a ser posible obteniendo un escaño de diputado del Congreso por Madrid en las próximas generales. Esto último no pinta fácil, ya que en las últimas elecciones Podemos obtuvo 5 diputados por la circunscripción madrileña, y eso fue antes del subidón de "Más Madrid", el partido de Iñigo Errejón. Lo previsible es que tanto la nueva lideresa, Ione Belarra, como la vicepresidenta Yolanda Díaz ocupen puestos de salida en la lista madrileña, ello sin olvidar a Irene Montero, número dos en los anteriores comicios.

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