religión

Fidel Herráez celebra sus 50 años de vida sacerdotal

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Fidel Herráez|Archidiócesis de Burgos.

Varios obispos, sacerdotes, familiares y amigos han acompañado al arzobispo en una solemne celebración eucarística de acción de gracias por sus bodas de oro sacerdotales.

Redacción BurgosNoticias 
20/05/2018 - 10:30h.

La catedral de Burgos ha acogido una solemne celebración eucarística con la que don Fidel Herráez Vegas, arzobispo de la diócesis, ha querido dar gracias a Dios por sus cincuenta años de vida sacerdotal. El mismo día «y a la misma hora» en que recibió hace medio siglo su ordenación presbiteral de manos del entonces arzobispo de Madrid, don Casimiro Morcillo, el pastor de la Iglesia burgalesa ha querido mirar al pasado, al presente y al futuro con un «profundo agradecimiento a Dios y a vosotros, que me habéis ayudado a ser lo que soy».

Numerosos familiares, feligreses de la diócesis, autoridades civiles y religiosas, amigos del presbiterio madrileño y burgalés han querido acompañar al arzobispo en su celebración jubilar. En ella, el pastor de la diócesis ha ido desgranando el transcurso de su vida, en el que «percibe clarísimamente que el Señor me ha ido acompañando y sosteniendo». Algo que, en sus propias palabras, le «estremece» y le hace sentir su «grandísima pequeñez» ante la obra que Dios ha ido realizando a través de su mediación sacerdotal.

En su homilía, ha recordado a las «miles de personas» que lo han acompañando a lo largo de su vida, muchos de ellos presentes en la celebración de hoy: «Sacerdotes, maestros, formadores del Seminario, tantas personas que han hecho que me encuentre cada día más con el Señor». Especial agradecimiento ha mostrado a los obispos a los que ha estado «vinculado». Al cardenal don Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid y quien le enseñó, «sin él saberlo, cómo es ser obispo». También a su predecesores en Burgos, don Santiago Martínez Acebes y don Francisco Gil Hellín, con quien mantiene «una amistad que es regalo del Señor» y que le ha «dejado una herencia preciosa». También ha manifestado su agradecimiento a los obispos de Roma con los que ha estado «sacramentalmente unido»: a san Juan Pablo II, quien lo nombró obispo auxiliar de Madrid, a Benedicto XVI y al papa Francisco, quien también le ha mandado una carta de felicitación.

En cuanto a su paso por Burgos, don Fidel ha asegurado estar «muy, muy, muy contento; sí, así, tres veces» y «hondísimamente afortunado de caminar con vosotros». «Lo veo –ha revelado– como un regalo precioso de Dios y de la Iglesia y me siento muy unido a todos, también a los servidores públicos» presentes en la celebración: el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, el alcalde, Javier Lacalle, y el delegado de la Junta en Burgos, Baudilio Fernández Mardomingo, entre otras autoridades.

Por último, don Fidel ha querido también mirar al futuro. Según ha indicado, «Dios me urge a seguir contándoos lo bueno que es con todos, entregándome a todos vosotros como un don del Señor, que es como percibo mi vida, y sin reservarme nada para mí», ha dicho. Así las cosas, ha afirmado: «No me da miedo el futuro; conozco el pasado y amo el hoy».

El papa Francisco «elogia vivamente» el trabajo apostólico del arzobispo

Al comenzar la eucaristía, «como si estuviera ahí presente», el papa Francisco se ha sumado también al homenaje al arzobispo a través de una carta [leer aquí] en la que ha elogiado «vivamente» el trabajo realizado por el arzobispo. Con su misiva, el Santo Padre ha querido expresar «gustosa y entrañablemente» su felicitación al pastor de la Iglesia burgalesa. Según sus palabras, el ministerio episcopal de don Fidel se ha convertido «en espejo de apostolado ferviente a favor del Pueblo de Dios, en consonancia con la estima que te profesan los fieles cristianos y el clero».

Asimismo, el Papa eleva oraciones a Dios para que le «confirme como heraldo del evangelio en el mundo y como dispensador del Pan Vivo y de la Palabra de Vida a los fieles cristianos« y para que, con su pastoreo «sean conducidos siempre a una caridad activa con los necesitados».

Por último, Francisco ha concedido su bendición apostólica al arzobispo, haciéndola extensible «a esos amados hijos e hijas de la archidiócesis de Burgos» y a todos cuantos participaban en la celebración del jubileo, «así como a cuantos llevas más adentro en tu corazón».

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