Aunque la mayoría de las setas son comestibles, no siempre resulta fácil distinguirlas de las tóxicas: algunas son extremadamente peligrosas, como la Amanita.
Con la aparición de los primeros níscalos se han multiplicado las salidas al campo. Hasta el punto de que en lo que va de año ya sea han tramitado casi la mitad de las licencias de recogida de setas que en todo el año anterior en Valladolid. Con el fin de evitar intoxicaciones, la Delegación en Castilla y León de la Organización de Consumidores y Usuarios quiere recordar los riesgos que entraña su recolección. Porque si bien la mayoría de las setas son comestibles, no siempre resulta fácil distinguirlas de las tóxicas: algunas son extremadamente peligrosas, como la Amanita
OCU desaconseja su recolección a mano, salvo que se tenga experiencia o se cuente con el asesoramiento de un experto. Solo en Europa hay alrededor de 7.000 especies de setas. Y cada año hay cientos de intoxicaciones y decenas de fallecimientos por ingesta de setas tóxicas. Por eso es vital llevarlas siempre luego a analizar a algún centro especializado que confirme su inocuidad.
Ante cualquier síntoma extraño tras haber comido setas, acude rápido al médico. Tenga en cuenta, además, que las setas son poco digestivas y susceptibles de acumular metales pesados y radioactividad, allí donde haya, así como de causar reacciones de intolerancia o alergia en personas sensibles. Por ello conviene no abusar de su consumo: en general, es mejor tomarlas como guarnición que como plato principal.
Esta información ha sido elaborada por un equipo de profesionales sanitarios, nutricionistas, y tecnólogos de los alimentos de OCU que, en colaboración con laboratorios independientes, analizan desde 1975 los principales productos y servicios de salud y alimentación. Su trabajo se sustenta en la evidencia científica, la calidad, la eficiencia y la sostenibilidad, pero sobre todo en la independencia que le proporcionan sus más de 200.000 socios activos.