Puerta grande para Rubén Pinar que cuajó la mejor faena de la Feria

Redacción BurgosNoticias 
30/06/2019 - 22:02h.

Primera puerta grande de la Feria de San Pedro y San Pablo para Rubén Pinar que ofreció una clase magistral de toreo en el segundo de su lote, el quinto de la tarde.

Escripio, de 600 kilos, negro entrepelado, fue el mejor toro de la tarde y, hasta ahora de la Feria; y la actuación de Pinar también lo fue.

La faena fue completa de principio a fin. El torero interpretó perfectamente la partitura que el 'victorino' le proponía y cuajó una gran actuación. Hasta el tercio de banderillas fue brillante, con dos grandes pares de Ángel Otero al que el público, con sus aplausos, le obligó a salir a saludar.

Rubén Pinar le dedicó la lidia del toro a Manuel Jesús El Cid en su despedida.  Como en la primera de sus faenas, Pinar realizó un toreo muy digno y muy estilista; vistoso pero muy práctico, sabiendo leer muy bien las posibilidades de su oponente Brilló con la muleta y brilló con el capote. Y para rematar, terminó la faena con la mejor estocada de la feria. Las dos orejas fueron el merecido premio a su trabajo. Ya antes cortó otra a su primer astado, en otra buena faena del maestro.

El que peor lote tuvo fue Manuel Jesús El Cid; en su primera actuación cuajó una faena discreta con el Victorino que le tocó en suerte al que pudo arrancar una docena de buenos pases y acabó con una estocada hasta la bola recibiendo una ovación del público. Pero el segundo, un toro manso y sin fuerza, lo despachó rápido; mató mal y se despidió con silbidos de la plaza de Burgos en una tarde triste para el torero sevillano.

Mejor estuvo Garrido, que cortó una oreja a su primer oponente y culminó la faena con una estocada en todo lo alto, un pelín desprendida pero suficiente para derrotar al astado; pero con el postrero no tuvo opciones y además mató mal.

Los victorinos despertaron expectación y en una de las barreras, el ministro Ábalos presenció el festejo acompañado por el alcalde, Daniel de la Rosa, la diputada Esther Peña y el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente.