SUGIRIENDO BURGOS

El pan y circo de la Meseta

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Lo primero cuando te vas acercando, puedes observar en la distancia una depresión del cerro, el hueco perfecto y semicircular del anfiteatro. Eso ya te anima acercarte y llegar hasta ese lugar, aunque atravesar Peñalva de Castro al momento no es de primer interés, si es necesario poder hacer una parada, una vez que se termina la visita en el yacimiento.

Juanjo Asensio
28/12/2023 - 07:55h.

Nada más pasar la taquilla, la recomendación es que empieces por la parte más elevada y de esa forma recorrer lo excavado hasta el momento, casi como en cualquier lugar donde apenas quedan restos o se mezclan con construcciones posteriores, como ocurre en otros yacimientos, es difícil imaginarse inicialmente todo lo que allí pudo haber ocurrido, haber existido y haber significado.

Tal vez, en lo primero que habría que fijarse con detenimiento en algunas de las dimensiones de las bases de esas edificaciones e incluso en el tamaño y extensión de los restos, eso hace pensar que aquello no era cualquier cosa, que allí se había organizado de forma muy preparada un trabajo eficiente para conseguir que esa ciudad fuera eficaz y eficiente, para ello, tienes la oportunidad de subirte a unos monolitos preparados donde poder ver con tus propios ojos de que hablamos.

Pensar que en aquel lugar elevado y yermo, con esas vistas a medio camino entre la Sierra de la Demanda, el sistema central o casi los picos de Europa, el agua fluía para tener disponibles unas termas en medio del terreno, sorprende enormemente, pero pasear por el entorno y callejear sus galerías muestra claramente los sistemas de funcionamiento, pero para despejar las dudas, solo hay que acercarse al cercano anfiteatro y ver desde su parte superior la enorme capacidad del lugar, el hecho de que existiera una infraestructura de ese tipo y envergadura dice mucho de las dimensiones de la ciudad que allí albergó, los romanos fueron esos expertos en acuñar el término de "pan y circo" y desde luego que un anfiteatro con capacidad para 10.000 espectadores, era porque la posibilidad de llenarlo existía y con ello entretener a una buena parte de la población.

Parece mentira, pero Clunia en sus buenos tiempos pudo llegar albergar a 30.000 habitantes, para hacerte una idea, es casi la población que la cercana Aranda de Duero tiene actualmente, hablamos de un cerro de poco más de 1 km2 de extensión, unas limitaciones importantes donde albergar tanta gente, pero para entenderlo ampliamente la visita final debe ser al pequeño centro de interpretación, que dividido en tres salas que alberga casi a la entrada del recinto, es donde terminas de admirar la grandeza que pudo tener aquel lugar en sus mejores momentos y como a pesar de todo, el tiempo parece haber enterrado o dispersado mucho de lo que allí existió, conocer los secretos de aquella ciudad e imaginar.... Imaginar mucho... con otros ojos lo que aquello pudo haber sido.

Pero antes de abandonar la zona, merece ya finalmente recorrer con calma y con ganas de descubrir muchos restos por las calles y construcciones de Peñalva de Castro y Coruña del Conde, que casi se podría considerar un museo abierto ya que por mucho tiempo, esta fue una cantera perfecta, que suministraba piedras trabajadas allá donde se requería.

Tal vez nos queda mucho Clunia por descubrir y aprender, mucho trabajo por hacer, para ponerlo en valor al lugar, menos PAN y menos CIRCO, necesitamos para ser nosotros los primeros en potenciar y creer en lo que tenemos en nuestro territorio.

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