Es el resultado de una investigación del SEPRONA iniciada por el hallazgo de peces muertos en el río Bayas, en Miranda de Ebro. Se localizó el punto de vertido al cauce apreciándose un continuo flujo de color tostado, olor ácido y en proceso de fermentación que parecía ser la causa de la mortandad. La inspección practicada a las instalaciones de la fábrica responsable, determinó que se trataba de una filtración por unas antiguas y deterioradas canalizaciones ahora en desuso
La Guardia Civil ha culminado una investigación y puesto a disposición judicial a dos personas de 38 y 45 años de edad, como presuntas autoras de un delito contra los recursos naturales.
Los hechos se remontan al pasado 1 de agosto, cuando el SEPRONA de la Guardia Civil de la Comandancia de Burgos tuvo conocimiento de la presencia de peces muertos en el Río Bayas, a su paso por Miranda de Ebro. Desplazados efectivos al paraje, se verificó el avistamiento y afección al Medio Ambiente, al encontrar fauna piscícola flotando en el cauce, por lo que se tomaron muestras para su posterior análisis.
Conjuntamente agentes del SEPRONA, de Medio Ambiente y de la Confederación Hidrográfica del Ebro recorrieron el cauce hasta localizar el punto de vertido, de donde manaba un flujo continuo de un líquido de color tostado en proceso de fermentación que desprendía un singular olor ácido, por lo que las primeras averiguaciones indicaban un origen claramente orgánico.
El acceso de este residuo al río provenía de lo que parecía un antiguo desagüe perteneciente a una fábrica, en la actualidad con actividad laboral, ubicada en la ciudad, que fue inspeccionada días después, en presencia de responsables de la misma.
Las conclusiones a las que se ha llegado tras semanas de exhaustiva investigación apuntan a un incidente que, si bien aislado, apuntan a la boca por la que manaba el vertido; ésta responde a lo que en el pasado fue un colector autorizado que, aunque ahora en desuso, posiblemente no fue sellado en su día o se hizo incorrectamente.
Como resultado de las investigaciones, se determinó que la filtración tuvo su origen a raíz de un proceso de vaciado y limpieza de unos de los depósitos de la empresa; el flujo resultante discurrió por un sistema subterráneo de galerías muy antiguas no entubadas, donde en una derivación del sistema -deteriorado por desuso y paso del tiempo- encontró salida y terminó filtrándose, no sólo al terreno sino también al torrente, siendo ésta la causa de la mortandad de los peces.
Junto con las diligencias instruidas, los responsables de la fábrica han sido puestos a disposición de los Juzgados de Miranda de Ebro, por un delito contra los recursos naturales.
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