Desde primera hora de la mañana varias cuadrillas se han dedicado a limpiar los 27.340 kilos de basura del parque tras la fiesta popular; la acumulación vuelve a poner de manifiesto que se debe controlar el botellón que causa la mayor parte de la suciedad.
Un total de 50 ocasiones tuvieron que intervenir los miembros de la Agrupación de Protección Civil durante el dispositivo especial que se estableció con motivo de la festividad del Curpillos que tuvo lugar en el Parral. Además de prestar asistencia sanitaria en medio centenar de casos, se produjeron tres traslados al HUBU, según se desprende del informe elaborado por esta entidad.
Dentro de este operativo especial habilitado en El Parral, se atendieron 15 casos por cortes y heridas, 12 intoxicaciones por consumo excesivo de alcohol, 5 luxaciones, 5 alergias, 5 contusiones, dos por cuerpos extraños y otros seis por diversos motivos.
Durante toda la jornada y mientras estuvo activo todo el dispositivo, se trabajó en coordinación directa con la Unidad Técnica de Protección Civil, Policía Local, Cruz Roja y Seguridad Privada con un despliegue de 50 efectivos.
A pesar de los avisos que realizaban todas las autoridades, así como desde la Federación de Peñas y desde la Hermandad, el Parral ha vuelto a amanecer lleno de basura. Sí es cierto que el cuidado que han puesto prácticamente todas las peñas ha evitado una mayor acumulación, pero las imágenes de ayer a última hora de la tarde-noche, cuando ya todo el mundo recogía son elocuentes. Mares de plásticos, bricks de vino, vasos y platos llenaban, sobre todo el espacio central del Parral.
Este año se han recogido 27.340 kilos de basura, de los cuales, 520 kilos han sido de materia orgánica; 4.500 de restos; 20.620 kilos corresponden a envases; 80, de papel y 1.620 kilos de vidrio. Han participado 82 trabajadores y se han utilizado 21 vehículos.
Decenas de toneladas de basura distribuida, eso sí, solo por la mitad del parque, la más cercana al antiguo albergue de peregrinos. Ya en la mañana de hoy, varias cuadrillas de operarios municipales se han afanado por dejar las instalaciones lo más dignas posibles.
Las medidas de contención parecen insuficientes porque todos los años el resultado de la fiesta acaba siendo el mismo. En los años anteriores se recogieron 30.000 kilos en 2017 y 32.000 el año pasado. La cifra de este año, aun por confirmar ronda números similares.
La mayor parte de la suciedad que se ha acumulado en el Parral no la produce la venta de pinchos y bebidas, sino los botellones descontrolados que se prodigan a lo largo y ancho de la fiesta.