Finalizada la Feria Taurina de San Pedro y San Pablo y a la espera de enfermería y de mejoras acústicas para el año que viene es hora de hacer un pequeño análisis y sobre todo comentar varios sucedidos.
Sin entrar en valoraciones artísticas, que para eso está la concejala popular y asesora de la Presidencia, Lorena de la Fuente es obligado hablar por ejemplo del ambiente que se ha respirado (por cierto, sin humo, más sano).
Sigue oliendo a tortilla, especialmente tras la muerte del tercer toro. Los hay quienes más que merendar parece que van a presumir de que en su casa no pasan hambre y sobra de todo.
Algunos niños, y otros no tan niños se mueven a sus anchas durante la lidia, correteando a lo largo y alto de los pasillos, sin que haya alguien que les advierta de que eso está prohibido.
El callejón sigue siendo lugar de pasarela y de 'photo call' y así por ejemplo se ha visto a un concejal de un partido llamado de 'la nueva política', actuando como siempre han hecho los de la 'vieja política', que a su vez copiaron de épocas ya pasadas.
Dicen que bastantes de los que van a ver estas corridas de toros saben poco o nada de los mismos. Nos decía el empresario el otro día que ahora 'de toros no entienden ni las vacas'. Sabemos que esos 'aficionadillos' van a ver y sobre todo a ser vistos. Los hay incluso que hasta se divierten y luego van y presumen de haber estado ante sus amigos y conocidos.
En lo que no hemos cambiado nada, ni cuando era sólo plaza de toros ni ahora que es plaza de toros y recinto para algún acto más, (a eso se le llama Coliseum - Multiusos), es que la tómbola en Burgos no está como la gente puede suponer en las barracas. Es en el coso del Plantío donde se rifan los trofeos.
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