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El Castillo de la Mota, la última morada de Isabel la Católica

Panorámica del Castillo
Panorámica del Castillo

El Castillo de Mota situado en Medina del Campo (Valladolid) cuenta con un aspecto novedoso que puede remontarse a su diseño por arquitectos mudéjares. Además, entre sus muros pasó los últimos días de vida Isabel la Católica.

Redacción BurgosNoticias 
01/04/2019 - 00:00h.

La Mota de Medina siempre ha sido un lugar privilegiado, su elevación sobre la meseta castellana hacía mucho más fácil la defensa y protección de los diferentes asentamientos que en ella tuvieron lugar, destacando principalmente los acontecidos en la Prehistoria, la Edad Media y el Renacimiento.

Todo comenzó en la Prehistoria, concretamente durante la Edad de Hierro, cuando se produce un importante asentamiento que llegaría a ocupar toda la superficie de la Mota. Aquí se construyeron sus propias casas y, además, contaban con elementos defensivos tales como un foso en forma de W del cual aún hoy pueden verse sus restos.

 

Exterior del Castillo
Exterior del Castillo. Foto: Wikimedia | Enriq Joan

Poco a poco este poblado prehistórico se fue abandonando y puede decirse que hasta la época de la Reconquista (siglo XI) no vuelve a surgir un poblado importante en la Mota.

 

Debido a la inestabilidad de la época se fueron sucediendo diferentes recintos amurallados que iban abarcando la extensión de la ciudadela en cada momento. Hoy en día se conservan los restos de una primitiva muralla del siglo XII sobre la que se asienta una parte del castillo.

Medina del Campo se fundó en el siglo XI en la Mota donde hoy en día se encuentra el castillo. Aunque actualmente esta zona se encuentra en la periferia de la localidad, originalmente fue el centro de la villa. Gracias a la repoblación en el inicio de la Baja Edad Media y a las ferias comerciales de los siglos XV y XVI, Medina se convirtió en uno de los lugares más importantes de Castilla, llegando a tener hasta 20.000 habitantes a finales del siglo XV (la misma cifra que en la actualidad). El castillo destaca como uno de los lugares más interesantes de Medina: su construcción fue iniciada a mediados del siglo XV por los reyes Juan II y Enrique IV, siendo  los Reyes Católicos los que culminaron la gran obra de la barrera artillera, en 1483.

Hay muchas leyendas en torno a los orígenes del Castillo, pero todo parece apuntar a que fue una larga transformación en la que intervinieron activamente el rey Juan II de Castilla y su hijo Enrique IV (con la construcción del recinto interior de la fortaleza y la Torre del Homenaje), y posteriormente los Reyes Católicos, quienes mandaron construir la barrera defensiva, con la que pasaron de tener un castillo más, a poseer uno de los mejores Parques de Artillería que existían en la Europa de aquellos momentos.

Pero la construcción del castillo no acaba con la intervención de los RRCC, sino que desde sus orígenes se convirtió en un monumento vivo que se fue adaptando a las necesidades de cada época, incluso en la actualidad (Castillo artillero, Prisión Real, Archivo, Escuela Superior de Mandos José Antonio Primo de Rivera de la Sección Femenina, Centro de Formación de la Junta de Castilla y León).

 

Interior del Castillo
Interior del Castillo. Foto: Wikimedia| Contando Estrellas

La función principal del castillo desde su creación fue la defensiva, pero además de ser un lugar militarmente estratégico acogió entre sus salas las funciones de archivo (donde se guardaron parte de los documentos de la corona) y de cárcel para presos tan ilustres como Hernando Pizarro o César Borgia. Fue uno de los objetivos de las tropas imperiales de Carlos V durante la revuelta de los Comuneros en 1520.

 

La planta de la fortaleza tiene forma trapezoidal con dos fuertes murallas (la interior y la barrera o barbacana exterior). El acceso principal se efectúa a través de dos puentes (tan sólo el segundo era levadizo) por un gran arco coronado con el escudo de los Reyes Católicos del año 1483, fecha en la que se finaliza la construcción del castillo.

Alrededor de la barrera se sitúa el profundo foso y en un nivel subterráneo las galerías de tiro para la artillería con casamatas. El recinto interior de la fortaleza está compuesto por cinco torres y el patio de armas. La mayor de ellas es la torre del homenaje con 40 metros de altura y cinco plantas (los dos niveles superiores que se conservan son del siglo XV).

Tras la Guerra Civil Española, en la década de 1940, el edificio interior fue reconstruido para albergar en él la Escuela de Mandos de la Sección Femenina, un centro para realizar el servicio social femenino.

En la planta baja son visitables la sala de Juan de la Cosa y la capilla de Santa María del Castillo, donde destacan un crucifijo de marfil filipino del siglo XVII y un tríptico flamenco de finales del siglo XV.

Hoy en día el castillo pertenece a la Junta de Castilla y León, conviviendo los dos usos actuales: el turístico y el de centro formativo para cursos y congresos.

Como curiosidad, en  esta fortaleza Isabel la Católica pasó sus últimos días y dictó testamento en Medina antes de fallecer en 1504. Y es que su figura tiene un fuerte peso en la historia de la localidad donde se encuentra el Castillo de la Mota.

 

Torreón Castillo de la Mota
Torreón Castillo de la Mota.Foto: Wikimedia| Contando Estrellas

Su agitada vida familiar y política la llevó con corta edad a asentarse en Medina, la ciudad más importante de esa zona. En 1468, su hermanastro, Enrique IV, la reconoció como princesa de Asturias. A partir de ese momento, se convirtió en la Señora de Medina, uniendo buena parte de su destino al de la ciudad, donde destaca con fuerza propia la silueta del castillo de La Mota.

Fue en 1440 cuando la familia Fonseca comenzó a edificar el actual castillo sobre la esquina de un antiguo recinto árabe. La construcción fue dirigida por arquitectos mudéjares, que idearon un novedoso diseño marcado por el foso, la barbacana que rodea el conjunto edificado y la Torre del Homenaje, de  cinco pisos.

El Castillo de La Mota consta de dos recintos. El recinto exterior, en el que blasona el escudo de armas de los Reyes Católicos, rodea completamente la fortaleza y es de estilo mudéjar.

Al castillo se accede gracias a un imponente puente levadizo. Este recinto alberga los almacenes, las mazmorras y un gran número de galerías subterráneas y pasadizos fascinantes. El recinto interior está formado por cuatro torres y un patio cuadrado. Allí se encuentran las habitaciones del castillo, además de las bodegas, las cuadras, etc.

Especialmente interesante resulta visitar el famoso Mirador de la Reina: una cámara del S.XV cubierta por una bóveda policromada espectacular, siendo la estancia preferida de Isabel la Católica.

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